Como ya comenté en alguna otra ocasión, el acierto fundamental de Florentino Pérez a lo largo de sus tres años de gestión madridista no es, a mi juicio, la contratación de tal o cual estrella sino el giro radical de la tendencia que, en el pulso mantenido con el Barcelona, imperó durante los años ochenta y gran parte de la década de los noventa. Está claro que para Rafael Márquez, como lo fue para Prosinecki venir en su día al Real Madrid, es un notable éxito profesional fichar por el Barcelona, pero flota en el ambiente que si F.P. hubiera querido contratar al mejicano lo habría hecho a pesar de los deseos culés. Como ya nos confesó Txiki Beguiristain en "El Tirachinas" de la Cadena Cope, su club tiene que esperar a ver qué deciden antes que ellos Real Madrid o Manchester United, y no se trata sólo (que quizás también) de un problema económico sino que, mal que les pese a los barcelonistas, es cierto que Florentino Pérez ha cambiado la tendencia como lo hizo en su día José Luis Núñez.
El inicio de esto que digo se expresó muy claramente el día que el Real Madrid fichó a Luis Figo. El Barcelona hizo el papel de "convidado de piedra" y, para más choteo, Florentino Pérez dijo públicamente que, desde ese preciso instante, hablaría con su máximo rival antes de tocar a uno de sus jugadores. ¿Ya para qué? Fue un error (otro) de Joan Gaspart convertir aquello en una cuestión personal puesto que se vio rápidamente que el Barcelona no estaba en situación de realizar la misma operación con, por ejemplo, Raúl. El nudo de esta historia ha sido el fichaje de Beckham. El Real Madrid ha vuelto a demostrar su superioridad con un jugador de primera talla mundial. Laporta le ofreció más dinero al Manchester, pero el jugador quería venir al Real Madrid. Florentino insistió hasta la saciedad en esa circunstancia.
¿Cuál es el desenlace?... Ronaldinho. Desde el club madridista ya se ha dejado muy claro que el brasileño no vendrá este año, y el Barcelona -sabedor de que aún no ha contratado una estrella que haga tilín a la afición- le ha hecho al París Saint Germain un ofertón en el que incluso podría entrar otro jugadorazo, Juan Román Riquelme. Ronaldinho ya advirtió que él no estaba dispuesto a esperar otro año... ¿o sí? Si finalmente decide esperar con tal de jugar en un futuro en el Real Madrid, el desenlace no habrá podido ser más humillante para la nueva directiva barcelonista. Eso constatará que ningún futbolista puede escapar del poderoso embrujo blanco.
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