Cuentan en los mentideros futbolísticos que Ronaldo es el único jugador capaz de hacer reir con ganas a Florentino Pérez. Y quizás en la cocina merengue, ésa a la que no tenemos acceso los periodistas, el brasileño pase así a la historia: Ronaldo, el futbolista que hacía reir a Florentino. Y no me extraña. De su intervención en El Tirachinas de la Cadena COPE, saco una impresión y extraigo una conclusión. Mi impresión personal es que Ronaldo es muy feliz en el Real Madrid, mucho más de lo que pudo serlo nunca en el Barcelona e incomparablemente más que en su estancia en Italia. La conclusión que extraigo de esa primera impresión es que su felicidad le lleva directamente a una tranquilidad muy beneficiosa tanto para él como para su equipo. La responsabilidad de llevar el número "9" de Alfredo di Stéfano, Carlos Alonso Santillana o Hugo Sánchez pudo con muchos delanteros, pero Ronaldo (ahora sí) parece estar hecho de una pasta diferente.
Los delanteros valen su peso en goles. Su trabajo se calibra por el número de veces que consiguen marcar en la portería contraria. En el caso de Ronaldo, su misión para el equipo se limita a un par de minutos como mucho. Dos minutos de noventa, pero si Ronaldo está acertado en esos ciento veinte segundos el Real Madrid puede ser este año campeón de la Liga y la Champions League.
Si a Ronaldo le afectase que le llamasen gordo o que alguien criticara sus salidas nocturnas se le notaría mucho a lo largo de esos dos minutos. No sólo no es así, sino que Ronaldo se jacta de "descansar durante los partidos", alardeando incluso de ser un poquito vaguete. Cualquier vestuario iría con el cuchillo entre los dientes a por un jugador que se atreviera a decir ese tipo de cosas, aunque eso no ocurre con Ronaldo, que tiene la tripa llena pero la mirada limpia y certera en el instante justo, cuando la ocasión lo requiere.
La tranquilidad de un goleador se detecta también en pequeños aspectos. Acabo de ver, espantado, el corte de pelo que se ha hecho Portillo... ¡Si parece Robert de Niro en Taxi Driver!... Ese chaval es un flan que pasa directamente de las mechas de colores o el kikiriki a un corte de pelo que firmaría el mismísimo Jerónimo. Incluso en eso, Ronaldo es diferente. Si el brasileño se recortara mañana el pelo en forma de "U" y se dejara unas patillas a lo Elvis Presley, el lunes aparecerían diez mil niños en todo el mundo con la "U" y las patillas. Me parece bastante improbable que lo que se ha hecho Portillo en la cabeza encuentre eco, mucho más allá de la Comunidad de Madrid.