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Juan Manuel Rodríguez

El "galáctico" del Atleti

Como sucede con Raúl en el Real Madrid, Fernando Torres quiere recibir del Atlético de Madrid un euro más que el futbolista que más cobre de toda la plantilla rojiblanca. Parece lógico que así sea porque Torres, que no es todavía Marco van Basten pero que podría parecérsele, ejerce ya como seguro capitán de un club que cumple ahora cien años y que estaba pidiendo a gritos desde hace tiempo un estandarte al que asirse desde que Kiko Narváez saliera del club. Enrique Cerezo, experimentado y exitoso productor cinematográfico, ha visto en él a su nuevo Gárate y le dará lo que pida porque el Atlético rentabilizará con creces la permanencia de un chaval que lo tiene todo para convertirse en figura grande del fútbol. Alguien del entorno del jugador podría haber advertido de la presencia –ahí mismito, a la vuelta de la esquina como quien dice– de la Eurocopa de Portugal, y al grito de "¡ojito que vienen los italianos!" ambas partes pretenden cerrar la ampliación del contrato de Torres hasta el año 2008 antes incluso de que concluya este 2003.
 
La verdad es que los representantes de Torres tienen un póquer de ases en sus manos. Dentro de cinco años el jugador sólo tendrá veinticuatro y podrá fichar por quien le de la gana, o bien continuar su carrera en el Atlético de Madrid. Cuando tenía dieciocho me aseguró que jamás jugaría con la camiseta del Real Madrid. Lo dijo con tanta seguridad y aplomo que ninguno nos atrevimos a rechistarle. Y es esa fidelidad del futbolista la que vale precisamente una peseta más que la ficha más alta. No es sólo su fútbol. Torres está lanzando continuos mensajes competitivos a una afición que lleva demasiado tiempo alicaída. Fernando Torres protagoniza mejor que nadie ese puntito de rebeldía contra el orden establecido que representa el todopoderoso Real Madrid. "¿Ficharías por el Real?"... "¿Yo?... Nunca".
 
Sólo le deseo a Torres que no salga excesivamente tocado de ese viaje mental que lleva realizando desde hace un par de años, justo el tiempo en que dio el salto hacia el estrellato. Espero que sólo en ese aspecto concreto la suya no sea una vida paralela a la de Raúl. El madridista es el líder indiscutible del mejor equipo del mundo, un futbolista ambicioso y único, quizá el mejor jugador español de toda la historia, pero un antipático "galáctico". No me gustaría ver en el futuro a Torres esquivando a un niño que le pida un autógrafo o mostrando comportamientos fóbicos hacia los periodistas. El fútbol no vale tanto.

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