Si yo tuviera voz y voto en las elecciones a la presidencia de la Federación Española de Fútbol que se van a celebrar este viernes, elegiría sin dudarlo a Sebastián Losada. Indudablemente tiene mucho mérito lo de este canterano del Real Madrid que compite con Ángel Villar y Gerardo González con la certeza absoluta de que no tiene ninguna posibilidad de obtener la victoria, ninguna en absoluto. Es natural que aquellos a quienes nos aburre soberanamente el gazpacho de territoriales, intereses creados, críticos interesados y fontanería del voto que se han montado desde hace un par de meses a esta parte los señores Villar y González apostemos por alguien que sólo sabe que va a perder. Si Losada sólo es conocedor de eso, e incluso manifiesta públicamente que para él sería una heroicidad arrancar un único voto de la Asamblea, es fácil deducir que él no está movido por ningún interés personal. Por eso yo votaría por Losada. Por eso y porque me parece que introduce en estas elecciones tan chabacanas un toque misterioso y chic al mismo tiempo, tan glamuroso como Scott Fitzgerald, autor de "El Gran Gatsby".
Si yo tuviera voto, éste se alojaría lentamente en la desierta urna de "El Gran Sebas", pero cómo sólo tengo voz, lo digo y lo escribo. Ángel María Villar es un "gerardista" convencido; fue él quien elevó a los altares a su jefe de prensa para luego, una vez que se convirtió en "el hombre que sabía demasiado", pegarle una patada en el culo. Millonaria patada, por cierto, pero patada al fin y al cabo. Y Gerardo González fue durante mucho tiempo (justo hasta que le despidieron) el "villarista" más tenaz de la historia, el primero de sus discípulos, un defensor de Villar más allá de lo estrictamente razonable. Sus denuncias de ahora llegan tarde y están justificadas sólo por la "tomatina" que mantiene con Ángel Mari, su auténtico padre federativo.
De todas formas yo soy de los que piensan que contra Pablo Porta se vivía mucho mejor. Aquel sí que era un presidente con toda la barba. Sin embargo no espero nada del dúo formado por Villar y González. En la sonrisa del "giocondo" Losada debe esconderse el misterio de un plan bien concebido, un plan para el futuro. Primero perder y luego ganar. Dar un pasito hacia atrás para luego dar otro hacia adelante. Quién sabe, todo llegará. También votaría por Losada porque José Ramón de la Morena, el propietario del rancho "El Larguero", le considera un perdedor, y eso sí que me motiva, estoy de ganadores hasta las mismísimas narices. Villar ya ha tenido sus veinte años de gloria, y "G.G." cuenta con la bendición del grupo PRISA. Es la hora de "El Gran Sebas".