Menú
Juan Manuel Rodríguez

El hámster chino es inocente

En la web de los laboratorios Amgen puede leerse: "New Aranesp (darbepoetin alfa): We got the o.k." La alegría contenida no era para menos puesto que, después de mucho tiempo de investigación, recibían el deseado "o.k." hace tan sólo unas semanas. No sé por qué pero ese "we got the o.k." me sonó desde el primer momento al "we are the champions" de la Copa de Europa. "¡Somos los campeones médicos!"... En la misma página se explica que en los ensayos clínicos con "Aranesp" se observaron "defectos adversos graves, asociados con un aumento demasiado rápido de la hemoglobina", entre los que figuran "un aumento en la incidencia de paro cardíaco, efectos neurológicos (crisis convulsivas y apoplejía) y exacerbaciones de hipertensión, insuficiencia cardiaca congestiva, trombosis vascular, isquemia, infarto agudo de miocardio y retención de líquido". Aunque los efectos más comunes observados en los ensayos clínicos fueron "infecciones, hipotensión, mialgia, dolores de cabeza y diarrea".

Es una ocasión tan buena como cualquier otra para que Juanito Muehlegg vaya conociendo a sus nuevos compatriotas, un cóctel explosivo de íberos, celtas, celtíberos, romanos, visigodos y árabes, capaces de compararte el domingo con Don Pelayo (editorial del diario "Marca"), y buscar el lunes acomodo en la primera línea de fuego para tu apedreamiento en la plaza pública. Si, como el mismo Juanito reconoció, él fue español en una encarnación anterior, sabrá perfectamente de lo que estoy hablando. Muehlegg no era, desde luego, Don Pelayo, ni es tampoco ahora un general nazi para quien haya que iniciar otra operación "Odessa". Johan quería llegar el primero y —salvo que el contraanálisis diga lo contrario— empleó métodos ilegales para conseguirlo.

Ese "gran español" (en palabras de la ministra Pilar del Castillo) resultaba incontrolable puesto que, como ya dijimos en su día, vivía al margen del resto de deportistas y tenía sus propios preparadores. Si el darbepoetín va a resultar efectivo (mucho más que las clarividentes palabras de Francisco Fernández Ochoa) será para poner al descubierto la ausencia total y absoluta de una política deportiva en nuestro país. El camino correcto no puede ser contratar estrellas a golpe de talonario, sino formar a tus propios deportistas, invertir el tiempo y el dinero suficientes en justa relación con el Producto Interior Bruto del que presumimos.

El crack hizo catacrack, y ahora parece que el enemigo público número uno sea el hámster chino que cedió "voluntariamente" sus células para que fabricaran el "Aranesp". Yo quiero hacer aquí de abogado del diablo y liberar de tal responsabilidad al inocente roedor. Conociéndoles como les conozco, ya veo al presidente de la federación española echándole el "muerto" al hámster chino. Los españoles, querido compatriota Juanito, somos así.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

 &nbsp
!-->

En Deportes

    0
    comentarios