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Queda claro que este Tour de Francia estaba predestinado para el doliente Joseba Beloki. La contrarreloj del viernes constató que el americano Lance Armstrong, sorprendido ya en etapas anteriores, no atraviesa por su mejor momento de forma. Al "león" del US Postal le ha salido un inesperado "cazador", el alemán Jan Ullrich, que se quedó como tantos otros en eterna promesa del ciclismo mundial, pero que aventajó al "jefe" de la carrera en un minuto y 36 segundos, lo que le acerca hasta los 34 segundos del liderazgo. Armstrong, perseguidor impenitente del sueño de los seis Tours de Francia consecutivos, se encuentra ahora -cuando la carrera regresa a la alta montaña- con enemigos imprevistos cuando salieron de París. El "león" está en su particular "invierno ciclista", y aunque sigue siendo el gran favorito al triunfo, éste no será tan sencillo como estaba previsto.

¿De dónde sale Ullrich? Estaba claro que Jean Marie Leblanc necesitaba alguien que oponer al incontestable dominio de Armstrong. Conscientes de ello, desde la organización se ha mimado al "enfant terrible" del ciclismo mundial. Es evidente que para el Tour y la Unión Ciclista Internacional, Ullrich representa una "marca" que poder enfrentar a la de Armstrong. No era lo mismo con Beloki, un "esforzado de la ruta" que debería ganarse cada metro de ventaja sobre el sillín, luchando a brazo partido en la carretera. Ullrich, ganador de un Tour de Francia y "vendido" a finales de los noventa como el genuino heredero del trono que dejó vacante Miguel Induráin, simplemente desapareció del mapa. En los dos últimos años lleva haciendo lo que le da la real gana, pero ahora recupera protagonismo mediático gracias a una contrarreloj que ni siquiera se cree él mismo.

Yo sigo apostando por Armstrong. A pesar de todo me parece el ciclista más fuerte y más inteligente del pelotón. Y no hay que olvidar que cuenta con el equipo más potente del mundo. Conquistar cinco Tours consecutivos constituye una proeza sobrehumana, una gesta hercúlea que se encuentra al alcance de tres o cuatro elegidos para la gloria. ¿Quién no tiene un día malo? ¿Quién es capaz de predecir un corte de digestión o una colitis? ¿Cómo se pueden rebajar 39 grados de fiebre, de un día para otro, sin que te afecten durante la carrera? Armstrong es consciente de que no está como en 2001, pero es un "león". Ese "león" que sabe perfectamente cómo y cuando recluirse en sus palacios de invierno. Un "león" viejo que ya sabe que no siempre se puede rugir.

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