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Juan Manuel Rodríguez

El mito del Real no tiene réplica

Florentino Pérez cruzó el umbral de lo económicamente razonable y echó el resto para contratar a Luis Figo. Como Carlos Mortensen, ese madrileño de 29 años que hace una semana le ganó a Dewey Tomko el Campeonato Mundial de Póquer, F.P. apostó y ganó. Una escalera de color como la que pareció aupar a Luis Figo —el “as” del presidente— en su lenta ascensión nocturna a la estatua de La Cibeles. La jugada del máximo responsable madridista no sucedió en el hotel casino Bellagio de Las Vegas sino en el estadio Santiago Bernabéu, y el domingo se extendió hasta la ciudad deportiva donde los socios se rindieron a sus pies. Repóquer de ases.

A lo mejor tiene razón Vicente Verdú y el Real Madrid ha dejado de pertenecer al orden físico para convertirse en una imagen de sí mismo. Lo definitivamente cierto es que el club más importante del siglo XX —FIFA dixit— es una leyenda, un mito como Marilyn o el Rey Arturo y sus Caballeros de la tabla redonda, Zeus, Cupido o la ya citada diosa Cibeles, alrededor de la cual se reúnen desde el “butragueñazo” de Querétaro miles de sus seguidores en la capital de España. Pero el Real Madrid —y ahí radica su grandeza— es sobre todo universal: desde Caracas (peña “Fuerza Blanca”), hasta Tokio (peña “Juan Ruiz”) pasando por Sydney (peña “Canguro Blanco”) festejaron la obtención del campeonato nacional de Liga, el vigésimo octavo a lo largo de sus casi cien años de historia.

¿El origen del mito? Así lo relatan en el “Libro de Oro del Real Madrid” (Ediciones Ares, 1952): “el día 6 de marzo se celebró la primera Junta; el 9 se jugó el primer partido; el 18 de abril se solicitó permiso para constituir oficialmente el Club; el 22 lo fue legalmente, y veinte fechas después...” Ya fuera en marzo o abril de 1902 lo único cierto es que el Madrid cumplirá cien años siendo campeón de Liga (la primera del siglo XXI) y habrá sido el último ganador de la Copa de Europa del siglo XX, redoblando por tanto esa imagen que probablemente tenga de sí mismo.

Bajando a la tierra de lo que sucedió este sábado, el Real Madrid de Florentino Pérez cumplió con los pronósticos y no dejó salir vivo del estadio Bernabéu al Alavés, “tocado” aún tras su amarga experiencia contra los ingleses del Liverpool. Observando a Luis Figo escalar sin “serpas” la Cibeles volví a ver clara la jugada: la réplica barcelonista dormirá durante mucho tiempo el sueño de los justos porque al dejar escapar al portugués perdió nuevamente el tren de la historia. ¿Cómo se lucha contra un mito? No me gustaría estar ahora en el pellejo de Joan Gaspart porque el mito del Real no tiene réplica.

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