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Juan Manuel Rodríguez

El Plan Hidrológico del Madrid

Eufórico tras el empate obtenido ante el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, Joaquín Peiró, entrenador del modesto Málaga, tuvo tiempo suficiente para hacer poesía deportiva: “hemos secado el manantial que riega la huerta”. Este viejo zorro del fútbol había prometido la víspera que su equipo no daría ni una sola patada, ni un codazo de más, sólo lo justo y con lo justo tras haber mal vendido durante la pretemporada a toda su columna vertebral. El equipo andaluz se limitó a jugar con disciplina y a cubrir, en la medida de sus pocas posibilidades, todas las parcelas del terreno de juego. Con eso y un bizcocho con mucho morbo, el de Fernando Sanz, logró ahogar al Madrid, un equipo que ha empezado demasiado pronto a despertar dudas sobre su juego.

Uno de los “manantiales” que rieguen de ahora en adelante la huerta del juego ofensivo madridista debe ser, inevitablemente, Zinedine Zidane; pero nunca en solitario. Han pasado los días y los entrenamientos y, a pesar de todo, el fenomenal jugador francés sigue sin encontrar su mejor ubicación sobre el terreno de juego, poniendo además en tela de juicio con su falta de acoplamiento aquel viejo adagio que aseguraba que “el fútbol es un idioma universal”. El equipo de Vicente del Bosque es una Torre de Babel, con cada cual haciendo la guerra por su cuenta y con Roberto Carlos y Raúl (los mismos de siempre) como escasos y archiconocidos recursos atacantes.

La llegada de Z.Z. al Real Madrid ha estresado al futbolista más caro de toda la historia, generando cierta psicosis (“ticoti” para el Hierro de “El radiador”) en el resto de compañeros. Ya dije antes de que arrancara la Liga que el entrenador de este equipo, fuera quien fuese, tendría una misión imposible, la de ganarlo absolutamente todo sin apearse del autobús. Aunque es muy pronto para sacar ninguna conclusión al respecto, da la impresión de que o bien disfrazan de Congo o Geremi al francés, o se ponen como locos a buscar otras fuentes porque, incluso para un pedazo de futbolista como éste, resulta abusivo convertirle en el único manantial posible.

Tal y como yo lo veo, y siguiendo el camino emprendido por Peiró, Del Bosque tiene que diseñar un buen Plan Hidrológico para el Real Madrid; este resulta mucho más sencillo que el otro porque con jugadores como Roberto Carlos, Raúl, Figo, Savio o Zidane, a uno debería salirle el agua a borbotones, sólo resta encauzarla.

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