La primera crisis importante que debe superar un seleccionador nacional de fútbol es la de hacer pública la lista de jugadores convocados para un Mundial. Sus veintitrés elegidos dejan de ser un secreto y se convierten desde ese preciso instante en un asunto de debate nacional. Si las cosas van más o menos bien, nadie echará de menos a aquel medio centro llegador o a ese delantero goleador que, por decisión exclusiva de una sola persona, tuvieron que quedarse en casita oyendo los partidos por la Cadena Cope. Ojalá me equivoque, pero me da en la nariz que el caso Marchena le pasará factura al "pulpo" (o sea, a Luis Aragonés) y que al final, en uno de esos partidos enmarañados que suele haber siempre en una competición tan larga como ésta, echaremos de menos a Fernando Morientes. Como le echó de menos Camacho cuando cortó al "moro" en beneficio de su compañero de equipo Michel Salgado en la Eurocopa del año 2000.
Tras conocer la lista, todo el mundo coincide más o menos en dos cuestiones esenciales. La primera es que, aunque sólo fuera para una situación de emergencia y debido a sus especiales características, Morientes debería estar presente en Alemania. Y la segunda es que no hay más cera que la que arde. Pero decididamente sí había más cera (Pernía, Albiol, Cani, Oubiña...) y ahora sólo falta por saber si la que ha escogido Luis (Cesc, Senna, Iniesta) arderá como es debido o sólo acude al Mundial para mantener el tono físico. Yo creo que será muy significativa la primera alineación titular que, allá por el 14 de junio, presente Luis contra Ucrania. Y a mí, del equipo que cayera eliminado ante Portugal en la primera fase de la Eurocopa, me siguen saliendo por lo menos seis jugadores: Casillas, Puyol, Juanito, Albelda, Torres y Raúl.
Esperemos que la veteranía sea un grado y Luis, como le sucediera desgraciadamente a sus antecesores Clemente, Camacho y Sáez, no pierda la orientación durante el Mundial porque luego recuperar el norte cuesta un potosí. Ayer le noté tenso, nervioso, acelerado, titubeante; no supo explicar bien su decisión más comprometida. Parió la lista, pero la parió con un dolor indudable y con una más que notable incertidumbre. Imagino que en todos sitios cocerán habas. Parreira ha dejado fuera a la "bestia" Baptista, Van Basten a Seedorf y Makaay, Domenech a Giuly y Pekerman a Zanetti. Si acudir a un Mundial supone para un futbolista profesional el premio a toda una temporada, imagino que para un entrenador tan veterano como Luis Aragonés constituye la guinda a toda una carrera profesional, de ahí su aparente nerviosismo. Esperemos que esas apariencias me hayan engañado.