El otro día hablé en "El Tirachinas" de la Cadena COPE con una de las modelos (quiero recordar que se llamaba Mercedes o María, empezaba por "m", eso seguro) que iban a hacer de recogepelotas en los partidos de la tarde del Masters Series de Madrid. Mercedes o María era una chica simpatiquísima y locuaz, y seguro que poseedora de una belleza sin par, justo ese tipo de belleza que se presupone a una chica que quiere ganarse la vida como modelo. La gasté la broma de que sólo pensaba ir a la final, pero que, estando ellas a las siete y media, me pasaría todos los días. Era sólo eso, una broma, nada más. Sinceramente no creo que haya ningún aficionado al tenis (a menos que no se encuentre en su sano juicio) que vaya al Rockódromo de la Casa de Campo a verle las piernas a Mercedes o María. Yo lo sabía cuando le gasté la broma. Y ella también lo sabía. Todos lo sabíamos.
Me parece que la reacción de Soledad Murillo, secretaria de Estado de Políticas de Igualdad, al pedirle a Manuel Santana, director del torneo, la retirada de las modelos recogepelotas, busca pulicidad gratuita. Era público y notorio desde el miércoles pasado que estas chicas iban a desempeñar esa labor (sólo por las tardes y con la excepción de las semifinales y la final), pero es ahora, después de que se haya hablado suficientemente de ello en la calle, cuando saltan a la palestra en Trabajo. Si realmente pensaban que la puesta en marcha de dicha iniciativa potenciaba un uso sexista de la imagen de las mujeres, ¿por qué no tratar de evitarlo desde el primer día?... Con la irrupción en escena del Ministerio han convertido ese asunto en una cuestión de Estado.
La señora Murillo aboga por no trasladar ese tratamiento sexista, habitual en el campo de la moda y la publicidad, también al ámbito deportivo. Dando por hecho que existiera dicho tratamiento en el Masters de Madrid, la secretaria de Estado llega diez o quince años tarde. ¿Piensa pedirles a los clubes de la ACB que retiren a sus "cheer-leaders"?... ¿Piensa exigirles a las grandes marcas de motocicletas que sean hombres y no mujeres las que acompañen a los pilotos, paraguas en mano, justo antes de que se inicie la carrera?... ¿También en la Fórmula Uno?... Desconozco si la señora Murillo ha visitado en alguna ocasión un Salón Internacional del Automóvil, pero si lo ha hecho... ¿pedirá que sean azafatos quienes posen junto a los nuevos prototipos?... ¿Y en los combates de boxeo? ¿Abogará doña Soledad para que en el futuro sean hombres y no mujeres quienes anuncien el próximo asalto?... ¿Pagarán todos o sólo lo hará Manuel Santana?
Si el mayor problema de esta nueva edición del Masters Series de Tenis de Madrid es la presencia de unas modelos en los partidos vespertinos, que las chicas sean retiradas de las pistas "ipso facto" y a la voz de "¡ya!". Yo me niego a seguir hablando de estas guapas recopelotas. Pero el mayor problema del señor Santana no son las modelos, ni siquiera la intervención demagógica del Ministerio de Trabajo en todo este asunto, sino que, unos por unas razones y otros por otras, se hayan dado de baja del torneo jugadores como Moyá, Hewitt, Federer y Roddick, ese sí es un verdadero problema deportivo.