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El Deportivo de La Coruña ya no es aquel equipo tan simpático, el "Super" de Arsenio Iglesias al que media España coreaba y la otra media animaba en su desigual batalla por la Liga con el todopoderoso Barcelona. El penalti que falló Djukic fue, por qué negarlo, nuestro penalti; todos fallamos con él, todos nos llevamos las manos a la cabeza con Lendoiro y todos sollozamos viendo la carita marchita de aquella aficionada a quien, llorosa ella, no se le corrió el rimmel de los ojos sino los colores de su equipo que llevaba pintados en las mejillas. Fueron años de vino y rosas pero también al Deportivo se le acabó el "complejo de Peter Pan". Creció con sus Copas y maduró con una Liga que transformó al club gallego en un rival serio y competitivo, lo que aquí conocemos popularmente como un "grande".

Y ahora el Deportivo ya no tiene tiempo para perder. La última trifulca conocida entre Irureta y Víctor es un buen ejemplo de eso que digo. Hasta hace bien poco Augusto César Lendoiro sacaba pecho, (ya aprenderá) presumiendo porque su equipo era el único que continuaba vivo en todas las competiciones. En menos de un mes al Depor le apearon de la Copa del Rey y le eliminaron trágicamente de la Champions League dejándole sólo la Liga –con el Real Madrid claramente por arriba– como único referente. No terminó aún marzo y parece que el único objetivo sensato que le queda al Deportivo sea lograr el subcampeonato para entrar la próxima temporada directamente en Europa.

¿Cómo se llama eso?... Eso se llama "presión" y un equipo tiene que aprender a sobrevivir con ella si quiere conseguir algo grande. La sensación que se tiene desde fuera es que Irureta no ha conseguido tranquilizar a sus jugadores, (incluso el holandés Makaay, su ojito derecho, se permitió el lujo de criticarle) y que estos tampoco han sabido estar a la altura de las circunstancias. El vestuario se ha quedado sin argumentos sólidos cuando han pintado bastos.

En tiempos de cólera son los veteranos quienes tienen que reaccionar y, por contagio, hacer reaccionar también a sus compañeros. Hierro y Raúl en el Real Madrid. Cañizares y Ayala en el Valencia. Probablemente Puyol –un caso excepcional de "jóven-veterano"– en el Barcelona. ¿Dónde estaba Donato?... Tengo para mí que el hispano-brasileño es sólo veterano de carné y que anda más preocupado por su renovación, año a año, que por otra cosa. Todo el mundo sabe ya que Irureta no seguirá y también que el vestuario es un ring. El Deportivo de La Coruña ya es mayor de edad.

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