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El "scoop" periodístico es una especie en vías de extinción. En lo que a la rama deportiva se refiere, el último que recuerdo y que pueda ser calificado como tal, fue el descubrimiento, en "El Tirachinas" de la Cadena Cope, de la reunión definitiva entre Florentino Pérez y los representantes de la Juventus de Turín para cerrar el traspaso de Zinedine Zidane al Real Madrid. Aquella sí que fue una "noticia bomba". Al oyente se le desmenuzaron todos los datos: las personas que se reunían, dónde y cuándo lo hacían, las cantidades exactas de la operación... La información dio la vuelta al mundo, y no estoy exagerando ni un ápice. La Cope fue citada en "L'Equipe" o la CNN americana como el origen de aquella noticia. Fue el último "scoop", y será muy difícil que aquello vuelva a repetirse

El periodismo deportivo ha cambiado mucho. A finales de los años 70, a los entrenamientos diarios del Real Madrid acudían tres informadores: Juan Manuel Gozalo, Roberto Gómez y Pedro Pablo Parrado. En 2002, cualquier insignificante comparecencia de Vicente del Bosque es recogida por seis cámaras fijas de televisión, diez emisoras de radio y cincuenta "plumillas". Cuando el compareciente no es el "mister" (que nunca dice nada), sino Luis Figo, obvio es decirles la marabunta que se organiza allí. Los clubes se han dado cuenta de ese detalle y, por ejemplo, el Real Madrid estudia ahora mismo fichar a un futbolista japonés, más por su impacto publicitario que por otra cosa. A F.P. le motiva mucho el mercado del "sol naciente".
Ya no quedan "scoops" porque somos demasiados, y en ocasiones contamos las mismas cosas. Y porque, a fuerza de ser sinceros, nos dejamos utilizar por los intermediarios y los clubes. Ellos son los que marcan el verdadero "tempo" informativo. El mundo al revés: hay compañeros que han obtenido la fama y el reconocimiento gracias a sus errores más que a sus aciertos. El público les jalea. Ya no importa lo que cuentes, sino cómo lo cuentes. El informador tradicional, el rastreador de noticias, el investigador puro y duro tienen sus días contados. A las dos (anoche me acosté muy tarde) leo que han "cazado" a Effenberg justo antes de firmar su contrato con el Atlético de Madrid.

Esa es la portada del diario deportivo de mayor tirada de nuestro país. A las cuatro, Futre lo desmiente taxativamente. ¿Pasa algo? Nada. No pasa nada de nada.
Llegó, por último, la hora de la recomendación literaria: "¡Noticia bomba!, novela de periodistas" (Editorial Anagrama. 1985). Evelyn Waugh escribió esta delirante novela ¡en el año 1938!... La novela de periodistas... deportivos está todavía por escribir.

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