Menú

Mike Tyson se ha convertido sin pretenderlo en el mejor guionista boxístico que recuerdo desde los años de Philip Yordan. El escritor norteamericano constituyó una de las piezas clave de aquel brillante engranaje llamado "Más dura será la caída", dirigido por el artesano Mark Robson, cerebro gris de "El ídolo de barro", otra joya para cinéfilos. Mientras que en la primera se retrataban los subterráneos de la corrupción periodística (maravilloso Humphrey Bogart en su papel de "fontanero" mediático, al servicio de un "paquete" conocido como "El Toro" Moreno), en la segunda se ofrecía una lección magistral sobre el concepto de "juguete roto".

La rabia incontenible del chico que creció sufriendo en la "cocina del infierno", y el invariable rumbo que inició hace años con destino hacia sus propias cataratas, le han convertido en la prueba viviente de que el "juguete roto" existe. Si se me permite la expresión –probablemente desafortunada– Mike Tyson es la auténtica prueba del delito. Sigue siendo una marioneta millonaria en poder de todos los Don Kings potenciales de este mundo, un juguete roto aunque felizmente (para él) amortiguado gracias a bolsas de dinero que podrían enajenar a más de uno. Porque el "terror del Garden" perdió su gancho deportivo en algún rincón de la celda, pero el publicitario sigue permaneciendo intacto.

En alguna otra ocasión comenté que el mayor rival de Tyson era Tyson. Es una fuente inagotable de noticias truculentas, de peleas barriobajeras, de incidentes sexuales. Ayer fue la denuncia de una "miss", hoy la agresión a un periodista. Hace tanto tiempo que Mike Tyson declaró la guerra a seis mil millones de personas que ahora ya es demasiado tarde para que se vuelva atrás. El 6 de abril peleará con Lennox Lewis, a quien acaba de declarar la guerra verbal: "Voy a ajustar las cuentas con él. Siempre le he considerado como un corredor, no como un boxeador. Lo que necesita es un par de zapatillas".

Seguro que Tyson tendrá su película. Deberá esperar un poco, con el estreno de "Ali" todavía reciente, pero alguien la filmará. Yo se la ofrecería a Martin Scorsese, y si no fuera porque Kirk Douglas está un poco mayor (y es blanco), y Robert de Niro ya tuvo que engordar una vez para ser Jack La Mota (y es blanco) les ofrecería el papel protagonista a cualquiera de ellos dos. Porque estamos ante otro "toro salvaje" que se despeñó en el trayecto que hay entre el Bronx y el ring.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados



name="">
cellpadding="4" bgcolor="#000000">






Titulares
de Libertad
Digital
Suscríbase
ahora para
recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo
electrónico.
Le contamos lo que necesita saber para estar al día.




  value="Su email + ENTER" onFocus="if(this.value=='Su email + ENTER')this.value='';"
class="subscripciones">



!-->

En Deportes

    0
    comentarios