Gran decepción. ¡Y yo que pensaba que los futbolistas acudían gratis al Mundial! Pero oyendo anoche a José Antonio Abellán en "El Tirachinas" me di cuenta de que eso no es así. No es una cuestión de españolía sino de primas. Enorme disgusto. Digo que yo iría gratis y Kiko Narváez se mosquea conmigo: "¿Tú irías gratis con veinticuatro años?... ¿Y si te lesionas de gravedad?"... No, no, yo iría absolutamente gratis con los años que tengo en la actualidad (43 recién cumpliditos) y si Luis Aragonés me convocara que no le quepa a nadie la más mínima duda de que me dejaría "la piel sobre el terreno de juego".
Estoy seguro de que las primas negociadas entre la patronal y los empleados de la selección ha tenido en cuenta el factor Lissavetzky. La Federación Española ha decidido tirar la casa de Las Rozas por la ventana y pagarle a cada jugador 540.000 euros por ganar el Mundial. Es probable que Ángel María Villar tenga información privilegiada y, advertido de antemano de la presencia en la gran final del secretario de lo que nos queda de Estado para lo que nos queda de Deporte, haya pensado que, con don Jaime en el palco, sería materialmente imposible que España ganara una final. Un ejemplo. Lissavetzky estuvo en el partido inaugural y en la final del Campeonato de Europa de balonmano, justo aquellos partidos en los que "pinchó" el equipo de Juan Carlos Pastor.
Las cantidades pactadas aparecen oportunamente publicadas enLibertad Digital, por lo tanto las obviaré. Llama la atención, sin embargo, el hecho de que los jugadores españoles pudieran ingresar casi el doble que los alemanes por ganar el Mundial. Si Jennifer López consiguió asegurar su trasero, no veo qué problemas pueda encontrar ahora Villar para hacer lo propio con el trasero de la selección española de fútbol. ¡Tampoco es que tengamos una amplia tradición de Mundiales ganados a nuestras espaldas! Puestos a negociar, yo habría reducido las primas por llegar a cuartos de final (90.000 euros por cabeza) y doblaría la cantidad pactada por ganar el Mundial, pasando de 90 a 180 millones de pesetas. ¿Se imaginan que lo ganamos? ¿Se imaginan que todo fuera una simple cuestión de dinero? Gran decepción. Enorme disgusto. Ya no le dejaré al Ratoncito Pérez mi muela del juicio bajo la almohada.