Menú
Juan Manuel Rodríguez

Exhibición de Juan y Pepe ante los vendedores de crecepelo

Debe ser que Bianchi se ponía a hablarles a sus futbolistas de la cromodinámica cuántica y del deuterón y así era realmente complicado que nadie pudiera entenderle

Real Madrid y Atlético de Madrid han tenido que poner de patitas en la calle a Vanderlei Luxemburgo, el del "cuadrado mágico de Playtex", y el ingeniero nuclear Carlos Bianchi respectivamente para que sus equipos empiecen a jugar algo al fútbol. Confieso que el segundo, el ingeniero nuclear argentino, me tuvo engañado durante cierto tiempo, pero al primero, al del "¡hala Madrid!", se le vio notablemente el plumero desde el primer momento. Y resulta que dos entrenadores españoles modestos, dos trabajadores del fútbol anónimos, han conseguido cambiar en un tiempo récord una tendencia que empezaba a ser ciertamente alarmante.
 
En cuanto a Juan Ramón López Caro tengo que decir que, como sucediera con Teseo, está saliendo del laberinto de Dédalo siguiendo el ovillo que le dejó en el club Vicente del Bosque, la "Ariadna merengue". Igual que sucediera con Del Bosque, López Caro ha cedido absolutamente todo el protagonismo a sus jugadores, pasando él mismo a un inteligente segundo plano. De su boca no ha salido nunca ni un sólo reproche, ni una queja, ni un comentario agrio. Bien al contrario, el sábado a la conclusión del complicado partido que les enfrentó con un valiente Cádiz, reiteró que sus jugadores se merecían "un doce". Bajo esa aparente fragilidad se esconde un entrenador sensato, un hombre normal que sabe lo que significa entrenar al Real Madrid y que sitúa a cada futbolista en su sitio. Y del lamentable "cucaracheo" se ha pasado a la celebración normal del gol, como sucediera tras el libre directo de Beckham. Los futbolistas son los mismos. El mismo estadio. La misma afición. Idéntica junta directiva. Sólo ha cambiado el entrenador. ¿Será todo tan simple?
 
La situación del Atlético de Madrid era, si cabe, más peliaguda que la madridista. El equipo llevaba cerca de tres meses (¡tres!) sin ganar en la Liga y al ingeniero nuclear cada vez le seguían menos jugadores en el vestuario. Con Murcia en el banquillo se ha pasado de la "ecuación de Schrodinger" al fútbol rápido y por las bandas, y de la "fórmula de Weizsacker" al juego ordenado y en equipo. Como en el caso del Madrid, los jugadores (el "material" de Bianchi) son los mismos. Es el mismo campo. Son los mismos aficionados. Y Enrique Cerezo sigue siendo el presidente. Debe ser que Bianchi se ponía a hablarles a sus futbolistas de la cromodinámica cuántica y del deuterón y así era realmente complicado que nadie pudiera entenderle. Juan y Pepe, Pepe y Juan, no han inventado el fútbol ni maldita la falta que les hace. Juan y Pepe, Pepe y Juan, se han limitado a actuar con normalidad y sentido común. ¿Ganará la Liga el Real Madrid?... Está casi imposible. ¿Entrará en Europa el Atlético?... Idem de idem. Pero seguro que ninguno de los dos hará locuras. Menuda lección para los vendedores de crecepelo.

En Deportes

    0
    comentarios