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Juan Manuel Rodríguez

Explotación sobre el ring

Hace tres meses hablábamos de la espantosa historia de Richard Sandrak, un "conancito" de seis años hormonado por su padre con el objetivo de emular al Van Damme de turno. Pobre hijo. Le perdí la pista, aunque supongo que seguirá por ahí, lanzando pataditas al aire y emulando a nuestra Coral Bistuer. Pronto será mayor de edad y le veremos aparecer en el programa de Jay Lenno, hablando con su padre a través del teléfono tras haberle corrido por los pasillos empleando con él la gama más amplia de "kung-fu" a su alcance. Una lástima.

Ahora se me revuelve el estómago al presenciar a dos niñas de cuatro años golpeándose sobre un ring. Bochornoso. Guantes en ristre, las pequeñas son el complemento de una velada de boxeo femenino profesional en Turquía. Puestos a elegir, yo encerraría a los padres entre las doce cuerdas con Tyson como contrincante. Desconozco la política deportiva que se sigue en aquel país, aunque escuchando a la seleccionadora nacional de boxeo puedo hacerme una ligera idea. Sostiene que el boxeo a esas edades (¡cuatro años!) es bueno y favorece la disciplina entre las niñas. Ya hemos encontrado una pareja de baile para el padre de Richard Sandrak. Él y la profesora de gimnasia unidos por la misma perversión. Otro programa para Lenno.

Contra imágenes como esas han luchado, y batallan aún, los auténticos defensores de ese deporte. Contra esa desmaña alzaría su voz, si la muerte no le hubiera noqueado por la espalda, nuestro campeón Pedro Carrasco. Y no sólo él, sino cualquiera que tenga dos dedos de frente. En España hubo quien, hace relativamente poco tiempo, decidió desterrar de la televisión pública todo lo que oliera a boxeo; si pudiera (que no es el caso), esas escenas turcas le servirían para dar pábulo a su imaginación.

Pero no quiero desviar la atención de lo que realmente importa en este caso, que no es la imagen del boxeo sino las dos niñas que subieron al ring. Parece que las autoridades turcas cuerdas (puesto que la seleccionadora es supuestamente una autoridad en la materia, pero anda floja de neuronas) están pensando retirar a los ¿padres? la patria potestad. Yo les retiraría, por vergüenza, cualquier tipo de patria. A ellos y a quienes amenizaron su tiempo libre con ese esperpento. Si el gran Alí no estuviera enfermo, se iría derecho a Estambul para darles una soberana lección.

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