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Juan Manuel Rodríguez

Falló el "Del Bosque culé"

A Carlos Rexach ya no le salvan ni el pan ni la caridad. Lo sabe Joan Gaspart, lo conocen sus directivos, lo intuyen los futbolistas y lo aplaudiría un amplio sector de la afición culé. Yo creo que el primero en saberlo es el propio fagocitado. Rexach, que ahora mismo está inmerso en ese trayecto que va desde el "este es un proyecto muy atractivo" hasta el "¿saben ustedes cuánto me queda?", ha pasado por varias fases. De la responsabilidad a la desilusión, para después ilusionarse de nuevo, y luego amagar con la dimisión. Ahora, sabedor de que es un "cadáver deportivo", y probablemente humillado por las guerras dialécticas que mantienen en público los responsables del club acerca de su continuidad en el cargo, es un hombre nostálgico, un barcelonista que, calavera en mano, declama por los pasillos del Nou Camp, en voz alta: "¿To be or not to be?"...

A Rexach no le ayudan excesivamente los triunfos madridistas. Podríamos decir que Vicente del Bosque será uno de los "enterradores" del técnico barcelonista. Tampoco colabora excesivamente el desfile de candidatos a sustituirle. Menotti manifiesta que se arrepiente de haberse marchado del Barcelona, y Radomir Antic confesó hace sólo unos días que se sentía capacitado para remolcar al equipo. Tal y como se ha puesto el panorama, a Charly sólo puede salvarle el sentido del humor, la "risoterapia". Será por eso que ha hecho de tripas corazón y, en su última rueda de prensa, ha declarado: "Nunca pasa nada; si uno se muere, te entierran y la vida sigue". Y tiene razón.

El cese de Rexach es cuestión de días. Si no llega acompañado de la dimisión de Gaspart y la convocatoria de elecciones anticipadas, la medida será otro paño caliente más. Pero el entrenador ha sido incapaz de dotar de personalidad a un buen equipo de fútbol, y el vestuario se le ha ido de las manos. Quisieron convertirle en el "Del bosque culé" y se equivocaron. Vicente nada a favor de la corriente; era su momento y lo ha aprovechado. La tendencia del Barcelona, sin embargo, cae en picado y arrastraría al mismísimo inventor del fútbol si ocupara ese banquillo. A pesar de todo hay que reconocerle a Carlos Rexach su caballerosidad y su elegancia.

Justo antes de expirar, Lady Nancy Astor abrió los ojos y, viendo a toda la familia alrededor de su cama, preguntó lo siguiente: "¿Me estoy muriendo o es mi cumpleaños?" Carlos Rexach podría decir algo parecido: "¿Me han cesado o hemos ganado el partido?" Cuentan que Henry Ward Beecher, también a punto de fallecer, logró musitar algo inquietante: "Ahora llega el misterio". En el caso del técnico barcelonista no hay ninguno; el club, simplemente, no creyó nunca en él y le ofreció el cargo después de que lo rechazaran Fabio Capello y Héctor Cúper. Y porque Johan Cruyff no quiso, que si no...

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