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Iván de la Peña (¡qué lástima de futbolista!) pasará por el Lazio sin pena ni gloria. Como lo hizo Roberto Cendrero. ¿Recuerdan aquel participante que duró sólo una semana en el concurso idiotizante conocido como “Gran Hermano”? Fue entrar y salir. Deprisa, deprisa, sin dar otras señales de vida que su ejemplar comportamiento. Carlos Navarro, el de las “yoyas”, o Faina Ludivine Bethencourt, la guía turística canaria, sí que aprovecharon sus minutos de gloria en la “caja tonta”. Como Marta, la del Atleti, o Ángel, aquel chavalote que se parecía a Raúl González Blanco. ¿Pero Roberto Cendrero? Lo suyo fue un encefalograma plano televisivo. No supo dar espectáculo. Un desperdicio.

La diferencia entre el futbolista santanderino Iván de la Peña y el empresario madrileño Roberto Cendrero, es que el primero prometía un montón en lo suyo. No como Cendrero, de quien nadie esperó nunca nada en el “Gran Hermano”. Ahora los aficionados italianos han decidido expulsar del “Gran Formello”, la ciudad deportiva del Lazio, a Iván de la Peña. Se trata de un juego virtual y el ex futbolista del Barcelona ha arrasado con sus 117 votos en contra, de los 431 emitidos. Es más curioso aún que Gaizca Mendieta, un recién llegado, haya recibido el 18 por ciento. Parece que esta temporada no se lleva demasiado el “diseño español” por aquellos lares. El fervor popular mantiene intactos, sin embargo, a Simeone, Peruzzi o Hernán Crespo, que serían, siguiendo la nociva (¡un día es un día, tiremos la casa por la ventana!) estela del concurso, los Alonso, Fran y Kaiet del equipo italiano.

Esto de Internet es una revolución a la altura de la que supuso en su día la imprenta. Ya compramos, visitamos museos y dialogamos a través de la red de redes, pero no tengo la menor duda de que terminaremos votando y quién sabe si viviendo en las páginas web. ¿Quien nos asegura que dentro de un siglo los directivos no ficharán por Internet? ¿O que se seguirán los partidos sólo a través del ordenador? Estadios desiertos, solitarios, y cientos de miles de aficionados brincando en la sala de estar de su casa.

Reflexiones o irreflexiones al margen, parece que si algo une indeleblemente a Cruyff, Clemente e Internet es el durísimo juicio futbolístico al que todos someten a De la Peña. El holandés y el vasco le expulsaron del Barca y la selección española, respectivamente. Ahora la Red le pasa factura también en el Lazio. Iván, como Roberto Cendrero, es un “concursante prescindible”. Otro más. Y eso resulta terrible tanto en el fútbol como en la tele.

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