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Juan Manuel Rodríguez

Futbolistas de segunda mano

Pep Guardiola anda estos días ascendiendo la cara más amarga del star sistem, esa por la que prefieren no aventurarse la inmensa mayoría de futbolistas consagrados, la única que el ex capitán del Barcelona deberá recorrer en solitario y sin "aguadores" a su alrededor. Hace algunos meses, Pep apostó muy fuerte al tomar la iniciativa de marcharse de su equipo de toda la vida. Fue una decisión forzada en cierto sentido por la actitud (o sería más apropiado decir "no actitud") de su club. Guardiola es un hombre inteligente y observó que no le querían; luego, para evitar que Gaspart y Parera se quedaran con el trasero al aire, revistió su postura con la falsa teoría de que pretendía cambiar de aires y "aprender idiomas". ¡Toma ya! ¿Y no sería más fácil con el Home English ese? Nadie se lo creyó, aunque les sirvió a otros como tapadera de su propia torpeza.

La machada de Guardiola pilló desprevenido a Gaspart. Lo habitual entre los futbolistas es exprimir la teta de la vaca hasta que ya no dé más leche. Como lo que quería Pep era ser futbolista y no pastor, decidió coger el petate y largarse. Inmediatamente, todos pensamos que Guardiola sería una joyita que se disputarían a manotazos los equipos más poderosos del mundo. Nada más lejos de la realidad. Hace un mes hablé con el representante del jugador y viendo hoy su discurso –"Pep no piensa pasarse un año en blanco"– tengo la sensación de que nada ha cambiado.

Guardiola sigue sin tener un equipo donde jugar el año que viene.
El caso de Kiko viene ya de largo. El Atlético de Madrid abortó en su día la operación con el Milán y cuando todo parecía arreglado para el gaditano (retiro dorado en la Lazio con su amigo Mendieta) siguen pasando los días, las semanas, sin que el futbolista firme su contrato con el equipo romano. Resulta inevitable que aparezca de nuevo el mito de un par de tobillos que ya no responden como debieran. El jugador entrena por su cuenta y la suerte que corra depende ahora de los traspasos de terceros futbolistas. ¿Tendrá razón al final Pablo Futre?

Me apena la situación que atraviesan los dos porque han sido santo y seña de nuestra Liga y porque suponen ahora la otra cara de un mercado que resulta cruel. Resulta que Luis Figo estornuda y medio mundo se revoluciona. El portugués tiene todavía la sartén por el mango. Guardiola y Kiko ya no. Han pasado a ser futbolistas de segunda mano.

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