Menú

Lleyton Hewitt es deudor del tenis del palo y tente tieso, heredero de aquellos jugadores que infligían dolor a sus rivales y a sí mismos con golpes y ángulos crueles y enrevesados. Lo bueno que tiene el australianito es que por lo menos es silencioso. Hubo una época en la que el hachazo iba acompañado de un grito sobrehumano, un ronquido surgido de las profundidades del averno, de forma que aquello se transformó rápidamente en una guerra de decibelios semejante a la que mantienen en Ibiza las discotecas "Pachá" y "Ku", una percusión que dolía en los oídos. Ya saben ustedes a lo que me refiero: el tenista no quería que su fiereza pasara inadvertida y la adornaba con un desesperado "¡auuuuuu!", un "¡auuuuuu!" que insonorizaba por unos segundos la pista y que en realidad lo único que estaba pidiendo era solidaridad por parte del espectador. Por lo menos Hewitt "opera" en silencio, descuartiza sin que salpique la sangre.

¿Tiene Hewitt calidad suficiente para ser el número uno mundial?...

Definamos "calidad". Si la acepción que elegimos es "superioridad o excelencia", está claro que Hewitt tiene calidad. Si, por el contrario, optamos por la acepción que relaciona la calidad con la genialidad, Hewitt no la tiene. Lo que sí se puede afirmar (quedó demostrado en la final contra Juan Carlos Ferrero) es que el jugador australiano es certero y estable, y que no pierde los nervios con facilidad. Mats Wilander no era un jugador genial y sin embargo fue número uno del mundo. Kuerten o Courier tampoco lo fueron y también acabaron en lo más alto del ranking de la ATP. Del estadounidense decía José Higueras, que fue su primer entrenador, que era perfectamente capaz de lanzarse desde un quinto piso si sabía que con ello mejoraría su drive. Hewitt es muy joven y no falla en los momentos cruciales, lo que quiere decir que tiene un temple fuera de lo normal. Pero convendría recordar que jugó la final del Masters porque Moyá y Costa no pactaron la noche anterior un resultado propicio para el tenis español.

¿Qué entiendo yo por un tenista genial? Por ejemplo, John Mc Enroe. Ilie Nastase era otro tenista genial. El primero convivió a duras penas con las fieras corrupias que empezaban a surgir de los cientos de miles de escuelas de tenis. Al segundo le traicionó su propia dejadez. Stefan Edberg era un tenista sencillamente prodigioso que quizás no tuvo lo que realmente se mereció debido al aplastamiento a que se vio sometido por parte de sus oponentes. El inglés Tim Henman es un maravilloso tenista que desgraciadamente pasará inadvertido por la suma de todos los Hewitt del mundo. ¿Por qué Pete Sampras ha sido el mejor tenista de la historia? Porque sobrevivió en el Parque Jurásico a base de genio e inteligencia y porque, a pesar de moverse como una mariposa, era un ciclón sobre la pista. Hewitt es sólo el más fuerte del momento.

En Deportes

    0
    comentarios