A diferencia de José Luis Núñez, al pobre Florentino Pérez ni siquiera le queda el solaz del baloncesto. Cuando al ex presidente del Barcelona se le torcían mucho las cosas en el fútbol solía tirar del balonmano, una sección que lo mismo servía para un roto que para un descosido y que obtenía todas las Copas de Europa que no eran capaces de ganar los chicos del deporte rey. Claro que el Barcelona, aunque Fútbol Club ante todo, puede presumir de ser una sociedad "pluriseccional", mientras que el Real Madrid sólo tiene dos, y una de ellas tan absorvente que amenaza desde hace tiempo con acabar con la otra. Florentino no ha sido el primer presidente madridista que tuvo intenciones aviesas hacia los "herederos" del mítico Juanito Corbalán. Y no será el último.
El auténtico problema de la sección de baloncesto del Real Madrid es que se ha convertido en una sección esencialmente perdedora. Ese es su rasgo distintivo. Ya me dirán si no cómo se pueden explicar las declaraciones de Antonio Bueno diciendo que al menos fueron capaces de remontar los quince puntos ante el Hapoel Jerusalén. ¡El Hapoel de Jerusalén y la Copa Uleb!... Hace veinte años cualquier cosa que no fuera llegar a la final de la Copa de Europa sería considerada como un rotundo fracaso; ahora se pierde por once puntos ante un equipo desconocido y en una competición menor a la que fueron invitados por la FIBA y no pasa absolutamente nada. ¡Y la conclusión de uno de los jóvenes de la plantilla es que al menos no se perdió por veinte puntos!... ¿Dónde está Carmelo Cabrera?... ¿Dónde viven Emiliano, Brabender, Rullán o Jackson?... ¿Alguien se sabe los números de teléfono de Robinson o Dalipagic?... ¡Que les busquen, por favor!... ¡Que les expliquen a estos de qué va la historia!
Lolo Sainz está trabajando bien, pero, quizás debido a las estrecheces del presupuesto, demasiado despacio. Este Real Madrid sólo tiene un "super clase" en su plantilla, y ése es el base estadounidense Bennett. Stojic, Fotsis, Burke, Mumbrú, Reyes o el propio Bueno son "todoterrenos" que no van a marcar nunca las diferencias en un partido crucial. Herreros fue un grande, pero desgraciadamente ya no lo es. Y Kambala, un jugador muy aprovechable por su carácter, es claramente insuficiente a la hora de jugarse los cuartos con los "tanques" que le mandan los equipos rivales. Los jugadores anteriormente citados son todos -estoy plenamente convencido de ello- chicos con muy buena voluntad, aunque "hijos de una competición menor". Menor incluso que la Copa Uleb que es un torneo de auténtico "mini-basket". ¿Habrá que concentrarles también a estos en un hotelazo de cinco estrellas en La Manga?