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El "negro" Altamirano ya no busca los tobillos de Pablito Aimar. Si la tenacidad del rocoso defensa de Núñez va más allá de lo estipulado, deberá coger un avión de Aerolíneas Argentinas y cruzar el charco para visitar España. Aunque ahora los tobillos del "Payito" (me acabo de enterar que no le gusta que le llamen "Payaso"; por mi parte, se acabó) son una especie protegida. En el primer entrenamiento de Aimar con River Plate, aquel chaval de dieciséis años burló al "negro" con la magia de un requiebro, un movimiento de su cuerpo. Como el día que Diego Maradona estampó al rudo Juan José contra la publicidad estática del estadio Santiago Bernabéu y, luego, con un clic de su cintura marcó un golazo, Aimar parecía decir: "no pasa nada, y si pasa se le saluda". Saludó a Ricardo Altamirano y a Enzo Francescoli sólo le faltó sacar el pañuelo.

Ahora, Pablo Cesar Aimar está a punto de concretar su fichaje con el Valencia (y digo "a punto", porque un "fleco" argentino no es cuestión baladí). Desde mi punto de vista, Aimar es el futbolista más interesante que ha llegado a España desde Luis Figo; un crack y, además, muy jovencito. Otro motivo para retener a Cúper en el Valencia la próxima temporada.

Los amantes del fútbol estamos en el sitio adecuado y en el momento oportuno porque la Liga española es un imán para las estrellas. Viene Aimar, pero llega también Stan the man; el polémico Collymore, procedente del Bradford City y con un curioso álbum fotográfico a cuestas, se pondrá a las órdenes de Radomir Antic en el Oviedo. No tiene nada que ver con Aimar, pero es una estrella a su manera. Collymore apura sus últimos años como profesional (acaba de cumplir los treinta), y es lo que podríamos llamar un "cazagoles", un delantero rompedor. El inglés estaría dentro de esa clasificación de "futbolistas-lobo" que se pasan el día aullando sin luna llena. Ha estado ingresado en una clínica psiquiátrica, golpeó a su novia en público y gasta un carácter indomable que deberá domeñar Antic. Si el técnico oviedista logra centrarle, Collymore hará grandes cosas en el fútbol español. Seguro.

Lo más importante de todo es que nuestra Liga ha ganado el pulso a la italiana. La llegada de los "locos" Palermo y Collymore y, sobre todo, la promesa de fútbol de alta escuela de Aimar nos garantizan más espectáculo y mayor competitividad. Para mí tengo que Zidane y Del Piero se merecerían también concluir sus carreras deportivas en España (y Riquelme iniciarla). Si no lo consigue el imán de las estrellas, no lo logrará nadie. Porque nuestro país es, hoy por hoy, el epicentro del fútbol mundial.

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