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Al principio sorprendió a los anatómicos, pero sólo al principio. Rainea, el árbitro de aquel Italia-Argentina del año 1982, fue a pedirle a Rossi que se quitara una medalla que llevaba colgada al cuello. Al acercarse a él vio que algo sobresalía, entre el cerebelo y el hueso occipital, de la cabeza del goleador italiano. Era un diminuto gancho. "Quíteselo", le dijo... "No puedo, es de nacimiento"... "No me tome el pelo, quíteselo por favor"... "En serio, nací con él; y no sólo yo, todos los futbolistas italianos nacimos con un gancho"... Rainea se fue hacia Cabrini, luego a por Tardelli, Altobelli, Conti... Era cierto. Todos los futbolistas italianos tenían un pequeño gancho, inapreciable a primera vista, pero firme, resistente, inoxidable... Rainea optó por dejarles jugar y aquella tarde Italia se impuso a la Argentina de Maradona por dos goles a uno. El equipo de Bearzot había hecho el ridículo en la primera fase y, tras engancharse en la segunda, llegó a la final del estadio Santiago Bernabéu. Los azzurri ganaron su tercer Mundial.

Después, la FIFA estudiaría detenidamente el caso italiano. Consultaron a los médicos anatómicos más afamados del mundo y estos concluyeron que sí, que era verdad, y que todos los futbolistas de Italia desarrollaban un minúsculo gancho que les permitía sobrevivir en Mundiales y Eurocopas. Ya nadie pregunta por el gancho.

Italia ganó su último Mundial siguiendo una trayectoria muy similar a la que llevan ahora. Sacaron de quicio a Maradona y destrozaron a la contra a Brasil (ojo que aquella selección de hace veinte años se parecía también mucho a la de Scolari: desconcierto defensivo y magia ofensiva). En semifinales, sin el sancionado Boniek, Polonia fue presa fácil del instinto asesino de Paolo Rossi. Y en la final, lo mismo. Contra, contra y recontra. Rossi, Tardelli y Altobelli emitieron el certificado de defunción para la Alemania de Stielike, Breitner, Litbarsky... Yo estuve en aquella final y, a la salida del estadio, alguien preguntó: "¿Pero Italia no había caído en la primera fase?"... "Se engancharon, amigo, se engancharon".

En su partido contra México, Italia ha estado durante muchos minutos K.O. en este Mundial. Un gol de Del Piero les ha enganchado. Eso, y la derrota de Croacia. Pero los italianos están ahí, al acecho, vigilantes, expectantes. ¿Han jugado mejor que Francia o Argentina? En absoluto. Pero ellos siguen dando bocanadas de aire. Alguien echa cuentas en la Cadena Cope y dice: "Italia nos tocaría en cuartos de final"... ¿Italia? Mal asunto. Espero no tener que recurrir a aquella vieja canción marinera del capitán Quint... ¿cómo era?... "Ya me marcho de aquí linda dama española... Adiós que me voy, oh preciosa mujer... Porque orden tenemos de zarpar hacia Boston... Y ya quizá nunca nos volvamos a ver"...

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