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Juan Manuel Rodríguez

Justificaciones intolerables

Lo más llamativo de la inesperada crisis de juego madridista es que quieran salir de ella excavando un túnel por debajo del estadio Santiago Bernabéu, utilizando el "sistema Gaspart"; es decir, echándole la culpa al empedrado de los árbitros (Iker Casillas afirmó el otro día que "era una broma" lo que estaba pasando con ellos) o ninguneando a los otros (Del Bosque dijo que "para crisis la del Barcelona o el Bayern”). La tolerabilidad de esta crisis sólo dependerá del tiempo, no de Jorge Valdano. Si el Madrid tarda demasiado en convencer con su fútbol a la parroquia madridista, resultará intolerable. ¿Para quién?... Para Florentino Pérez... ¿Por qué?... Porque no sé si el todopoderoso presidente de ACS estaría en disposición de aguantar los insultos e improperios de los socios, que con la misma rapidez que se giran para aplaudir lo hacen para acordarse de tu señora madre. Por cierto: ¿remitiría también en ese hipotético caso al director general deportivo?

Para F. P. resultará de todo punto inaceptable que se haya descubierto el pastel, y que ahora todo el mundo sepa que el Real Madrid no es, como él pretendió vendernos, un club inmaculado, por encima del bien y el mal. Ya no escapa a nadie que este equipo tiene problemas deportivos, y que Del Bosque sigue transitando en ese camino que ha de conducirle desde la mejor plantilla del mundo hasta el mejor equipo del mundo. En la "casa blanca" sangran cuando les pinchan, lo mismo que en todos sitios. Y la sangre es roja. De ahí que cuando la pelotita –tozuda ella– se ha negado a entrar entre los tres palitos con la asiduidad promediada con anterioridad por los encargados de la mercadotecnia merengue, incluso el "hombre tranquilo" ha perdido los nervios. Y eso es mucho más preocupante que el mal juego del equipo, porque si no existe el cielo, es razonable pensar que tampoco exista el infierno ¿verdad?

La frase de Valdano ("crisis tolerable") no tendrá el mismo éxito que aquella otra del "miedo escénico", que en realidad luego se supo que no era de Valdano sino de Gabriel García Márquez. El otro día añadió eso de "hasta nueva orden", y la jorobó. Como no pertenezco a su negociado (yo soy de artillería y él va de marinerito), le diré que su equipo no carbura. Después de achacarles los siete males a los árbitros o al lucero del alba, a Valdano siempre le quedará "el periodismo". Pero no es la prensa la que tiene la culpa de que el Real Madrid intergaláctico sea ahora mismo una filfa. Lo único intolerable en toda esta historia son las justificaciones. Hasta nueva orden o rectificación.

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