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En el relevo de su puesto, el responsable de la seguridad en la antigua URSS le entrega a su sustituto dos cartas lacradas. "Cuando las cosas le vayan mal, abra la primera; cuando su situación sea insoportable, eche mano de la segunda". Con el paso del tiempo, el nuevo jefe de seguridad tuvo que leer la primera carta: "Écheme a mí la culpa de todo". Así lo hizo, pero las cosas siguieron empeorando por lo que tuvo que recurrir a la segunda: "Póngase inmediatamente a redactar dos cartas", decía.

El problema de Jorge Valdano es que ha sido el primer director deportivo del Real Madrid en el sentido estricto de la palabra. Pirri era víctima de continuas intromisiones en su trabajo, mientras que Florentino Pérez blinda diariamente con su actitud la independencia del argentino. A pesar de lo cual, entre Jorge Valdano y su sucesor, que llegará tarde o temprano, sólo existirá una "carta". Si este domingo al Real Madrid le pintan bastos en su partido contra el Barcelona, a Valdano le quedará menos poder de maniobra. ¿Por qué? Muy sencillo.

Hace tiempo, el ex vicepresidente Juan Onieva, me dijo: "veremos si Florentino es capaz de aguantar los insultos cuando la gente se vuelva contra el palco". Por ahora, las cosas han ido razonablemente bien, pero una derrota ante el Barcelona las empeoraría considerablemente. ¿Los aficionados pedirían la cabeza de Valdano o la de Florentino? Conociendo las habilidades de F.P. estoy seguro que si peligrara su proyecto alguien dejaría "distraidamente" al desnudo la labor de don Jorge. ¿Cuál ha sido esa labor, por cierto?

A Figo lo fichó Florentino. A Zidane también. Para contratar a dos de los mejores jugadores del mundo no es necesario un director deportivo, para descubrir a Fabricio Coloccini, sí. Para desprenderse de futbolistas "incómodos" (caros y poco prácticos) como Congo, Rodrigo o Baljic, sí es imprescindible un director deportivo. Pero los tres siguen ahí. Para poner ocho mil millones encima de la mesa por el central italiano Nesta, no hace falta un Valdano. Para eso valgo yo, y vale usted, y su vecino del 5° izquierda.
La mejor carta de Valdano sigue siendo la de su impoluta imagen, su verbo fácil, esa madera innata con la que nació para construir frases chispeantes. Don Jorge sería único para el "Club de la Comedia", entre Quique San Francisco y Paz Padilla, hasta que dure el monólogo.

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