Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Los españoles debemos constituir una “fiesta experimental” para los zoologos porque llevamos tropezando en la piedra del Mundial desde nuestra primera participación (con especial vehemencia desde aquel que nos tocara organizar en 1982) y seguimos cometiendo los mismos errores. Si por fe hubiera sido, España sería hoy heptacampeona del mundo. Debe ser por eso que José Antonio Camacho, debutante en 2002, quiso bajarnos de la moto desde el primer momento, optando por un “perfil bajo”, acorde con un historial realmente mediocre. Tras analizar nuestro pasado, el seleccionador llegó a la conclusión de que era mucho mejor para todos que nos tocara al menos un rival fuerte en la primera fase. Imposible. Eslovenia, Paraguay y Sudáfrica. Hasta el próximo mes de junio podremos fabricar mil chistes a propósito de esos tres equipos (del tipo de “¿sabes qué hacen un esloveno, un paraguayo y un sudafricano en Corea?” o “¿cómo se dice “paliza” en sudafricano?”). ¿Y después?
Gracias a Dios, tras el sorteo nadie ha salido disparado como un cohete y gritando eso de “¡Oa, oa, oa, Raúl a la Moncloa!” El Mundial dará inicio para España el 2 de junio, y no antes. En 1982 empezamos a descorchar el cava nada más conocer que nos habían emparejado con Honduras. Empatamos a uno con ellos, y de auténtico milagro, y luego caímos por 1-0 ante los “leñadores” de Irlanda del Norte. En 1990 arrancamos con otro empate, en este caso sin goles, ante Uruguay, y tras vencer a Bélgica y Corea del Sur, perdimos en octavos de final contra los yugoslavos. En Estados Unidos-94 fueron los italianos quienes nos mandaron para casa, no sin antes haber dado la “sorpresa” con un lacrimógeno empate a 2 con Corea del Sur. Y, en fin, en 1998 perdimos con los nigerianos y sólo pudimos empatar con los paraguayos. No siquiera pasamos a octavos de final.
El futbolista español suele dar el “do de pecho” ante Inglaterra, Brasil o Argentina. Inexplicablemente se doblega ante equipos como Honduras o Corea. Por esa misma razón Sudáfrica me parece temible. Porque no sabemos nada de ella. Porque no conozco el nombre de un sólo futbolista sudafricano relevante. Porque, si me preguntan ahora mismo, no sabría decirles ni uno sólo de los clubes que componen la ¿Liga sudafricana?... Sólo espero que España llegue al partido del 12 de junio con la clasificación en el bolsillo. Y háganme un favor: si escuchan por ahí un chiste sobre Sudáfrica, uno sólo, no se rían que es peor.
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