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Juan Manuel Rodríguez

La puntilla del "amigo" marroquí

Nosotros, que hemos tenido que luchar a brazo partido contra Carod y sus tirirís, llegamos demasiado cansados a los diez últimos metros de esta maratón. Lo de Marruecos es sólo la puntilla, esperada y traicionera, pero puntilla al fin y al cabo

Entre paseo y paseo por el imaginario campus de la universidad de Dupont ha habido tiempo suficiente para que Marruecos elija a "París la nuit" como su ciudad candidata a albergar los Juegos de 2012, y también para que el Real Madrid venza al Barcelona "andando", según el camerunés Samuel Eto\'o, a medio gas y a la contra, estilo, éste último, que va contracorriente de la centenaria historia madridista. El primer ministro portugués, José Sócrates, decía el otro día que su gobierno tenía tres prioridades claras en política exterior, "España, España y España", por lo que deduzco rápidamente que el representante luso del Comité Olímpico Internacional se inclinará finalmente por Francia el próximo 6 de julio en Singapur, como hiciera nuestro "hermano" Mohamed VI. Parece harto complicado que Jacques Chirac mande a sus chicos a votar por Madrid, yendo inusitadamente contra sus propios intereses nacionales, por lo que veo a España -prioritaria para nuestro vecino Sócrates- más sola que la una en la cueva de Platón, que también era filósofo.
 
Pese a los denodados esfuerzos de los responsables de Madrid 2012, aquí no hemos entendido todavía que la decisión del 6-J será política y no deportiva, como ocurre siempre en estos casos. ¿Y por qué Marruecos nos deja en la estacada?... Pues porque entre París y Madrid, nuestro aliado Mohamed elegirá siempre a la primera como les ocurre a los otros treinta y ocho países francófonos que apoyaron abiertamente la candidatura francesa. Nosotros, que hemos tenido que luchar a brazo partido contra Carod Rovira y sus tirirís, llegamos demasiado cansados a los diez últimos metros de esta auténtica maratón. Lo del reino de Marruecos es sólo la puntilla; esperada, sí; traicionera, también; pero dolorosa puntilla al fin y al cabo.
 
Y sobre el 4-2 del domingo: nunca noté tan satisfecho al personal madridista como el otro día, tras la victoria ante el Barça. Convendría recordar que la "esencia fundacional" del Real Madrid es terminar primero, no segundo. Pese a todo ello he de reconocer que Luxemburgo acertó colocando a Owen. Sería un error imperdonable que Florentino Pérez construyera la próxima temporada en función de lo sucedido ante el Barcelona. El otro día Joan Laporta dijo que el Madrid justificaba su mal año venciendo al Barça. Eso, aunque al revés, es lo que decían siempre en Madrid.

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