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Juan Manuel Rodríguez

La semana de los tramposos

La decisión de Rafa Benítez de marcharse del Valencia me parece más acertada a medida que van transcurriendo los días. El club supura y, en el plazo de una semana, Pedro Cortés ha anunciado su salida del Consejo de Administración, Paco Roig ha vendido sus acciones a Bautista Soler –el nuevo "hombre fuerte" del valencianismo– y éste ha decidido destituir al director deportivo, Jesús García Pitarch, responsable principal de los mayores dolores de cabeza del anterior entrenador. Como dice mi buen amigo Vicente Ordaz, "tras la Liga y la Copa de la UEFA, el Valencia no se cansa de dar espectáculo". Y así es. Sólo queda esperar, por el futuro sólido del vigente campeón español, que con el aterrizaje definitivo de los dueños de la mayoría de las acciones, el club planifique bien la nueva temporada con Claudio Ranieri.

¿Qué tendrá el Valencia que últimamente se escapan todos sus entrenadores con contrato en vigor? Se fue el italiano, que ahora regresa, para fichar por el Atlético de Madrid; también les dejó Héctor Cúper para largarse a Italia, y ahora sucede lo mismo con Benítez que aceptará la oferta del Liverpool inglés. ¿Qué tendrá el Valencia?, insisto... Pues el Valencia no tiene ni más ni menos que una serie inacabable de caballeros que, hartos de ganar pasta a espuertas en sus respectivos negocios privados, y viendo que el asalto a la política está reservado sólo para unos cuantos, juegan al politiqueo con la excusa de su amor a los colores. Falso. Los únicos colores por los que ellos darían verdaderamente la vida son los que les ponen en las mejillas las maquilladoras de televisión, las clásicas 625 líneas por las que estarían dispuestos a vender su alma al diablo. Aún no se conoce toda la historia, pero está claro que Benítez dio en el clavo al poner pies en polvorosa.

¿Alguien sabe cuánto cobrará Ranieri? Parece que el director general, Manuel Llorente, no tuvo empacho alguno en ofrecerle más pasta al italiano que la ofrecida al técnico que ganó dos ligas y una copa de la UEFA en tres temporadas. Eso llegó una vez que supieron que Benítez no seguía; mucho antes, y desde la misma dirección general, se contactó con César Ferrando, el nuevo entrenador del Atlético de Madrid, para sondear su disponibilidad a aceptar hacerse cargo del banquillo. Cuando a Benítez le llegó esa información, montó en justa cólera. Sin Roig (5.000 "kilos" tuvieron la culpa) tocando la pandereta, el Valencia ganará en estabilidad institucional. Bautista Soler, agazapado, dejará que le partan la cara un rato a Ortí y luego desembarcará definitivamente. Sólo falta que Ranieri no se vuelva loco y pretenda enmendarle la plana a Benítez para demostrar que sabe más que él. Y que termine cuanto antes esta "semana de los tramposos".

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