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Juan Manuel Rodríguez

La táctica del "saltarín del fango"

Lo que le da rabia al personal es que mientras suena "La Marsellesa" o el "Dios salve a la Reina", o incluso el himno americano, nosotros, descendientes directos del extremeño Hernán Cortés, Marqués de Valle de Oaxaca y vencedor de Cuauhtemoc (no Blanco, el del Valladolid, otro) tengamos que ir por ahí con un "chunda chunda" sin letra, un himno que varía sus revoluciones por minuto en función del sentido del humor del director de la orquesta de que se trate. El personal anda preocupado por eso, y también con el hecho de que la selección no tenga ya un sistema táctico claro de juego. Camacho ha venido a decir –o eso le interpretaron– que el equipo jugará en función del rival de turno, renunciando por tanto al espíritu que hizo famoso justamente al susodicho Cortés, siempre avanzando, siempre hacia adelante, el pecho para dentro, la barbilla hacia fuera.

Si Marcello Lippi tenía razón con su definición del fútbol: "es como un inmenso acuario en el que hay que distribuir a los peces por colores", el color del "pez español", siguiendo con el símil, sería el del "saltarín del fango" (periophthalmus barbarus) que cambia de forma y color –como España de táctica– según el país contra el que esté jugando en ese momento. Aunque al final, como suele suceder siempre en estos casos, el resultado no dependerá de la táctica sino de la inspiración de los futbolistas. Y eso es lo que llama la atención: teniendo a Raúl, Tristán, Valerón o Baraja, ¿tendremos que bailar al son que toquen otros? A lo mejor es que Camacho es menos optimista que la gente de la calle a la hora de valorar la calidad de nuestros internacionales.

Un entrenador es valiente y arriesga cuando puede serlo. Por ejemplo: la selección de Brasil se proclamó campeona del mundo en 1970 con un 4-2-4. Hoy en día ese sistema sería calificado de suicida, y sin embargo no lo era en absoluto. El seleccionador de la época iba obligado por la presencia de Garrincha, Vavá, Pelé y Zagalo. En realidad no podía jugar de otra forma... ¿Alguien recuerda a Bellini?... ¿Y a Orlando?... Pues ambos fueron defensas de aquel equipo que se proclamó campeón del mundo. Inglaterra fue imbatible durante años con la táctica conocida como "WM", un "dibujo táctico" que voló por los aires cuando a los húngaros Boszik, Puskas, Kocsis y Cbibor les dio por jugar al fútbol.

Con Helenio Herrera, el Inter de Milán sabía perfectamente a qué jugaba: al "catenaccio". Y, años después, al Milán le sucedió lo mismo con Arrigo Sacchi y el famoso achique de espacios (Menotti dijo que eso ya lo había inventado él). Lo mismo es que España, de la mano de Camacho, tendrá que ser como el "saltarín del fango", cambiando de forma y de color en cada partido. Veremos.

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