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Juan Manuel Rodríguez

¡Llamen al Ministro de la Guerra!

¿Qué pinta Jordi Vilajoana, Conseller de Cultura de la Generalitat, en una reunión con la federación catalana de fútbol? Salvo que la propaganda sea cultura, a mí me parece que quien tendría que haberse reunido con ellos era, por lo menos, el Ministro de la Guerra ¿no? Porque es de eso, y no de fútbol, de lo que estamos hablando. Guerra y propaganda políticas. Ocurre que igual Jordi Pujol, que ha sabido sobrevivir durante muchos años al frente de la Generalitat, considera la "guerra contra Madrid" una suerte de apartado cultural catalán, para lo cual sí sería necesaria la presencia de Vilajoana. El resto es parafernalia y publicidad. Marketing, en suma. Autobombo nacionalista que no nos conducirá a nada bueno.

Y si la presencia del conseller resulta, como el tan cacareado Cataluña-Brasil, surrealista, la de Joan Gaspart es también curiosa. Supongo que el presidente del Barcelona busca el apoyo del "politburó" convergente para que no le echen a la calle después de un año lamentable de gestión al frente del club azulgrana. En las dos últimas temporadas, el Barcelona ha perdido una media de 20.000 espectadores por partido, pero eso no parece tan atractivo como jugar a los cañoncitos. Al final del cónclave el conseller emitió un comunicado expresando el "pleno apoyo del gobierno catalán a todas las gestiones hechas por la federación catalana para la celebración del Catalunya-Brasil". ¿A todas? ¿También al hecho de que pretendan encajar un partido el mismo día que juega la selección española sub-21, y un día antes de que lo haga la selección absoluta? No cabe duda que esas "gestiones" estaban encaminadas desde el primer instante para servir los intereses de un partido político. Nadie dudará tampoco que a Jaume Llauradó no se le ocurrió la idea a él solito, sino que recibió un empujón solidario por parte del "entorno".

La Federación Catalana se ha dado de plazo hasta el próximo martes para adoptar una decisión definitiva, pero sus torcidos fines políticos ya están garantizados se juegue o no el partido contra Brasil. Alguien sugirió llamar a la Federación Holandesa para pedirles un cambio de horario con el objetivo de que no coincidieran los dos encuentros. ¡Demasiado! No me imagino al presidente de la Federación holandesa tratando de digerir tanta información en tan poco tiempo: "¿Federación catalana?... ¿Es que Cataluña no es España?... ¿Y no tenemos un partido contra España ese mismo día?". Habrá quien haya pensado que como el euro circula libremente, y somos europeos, lo mismo la desfachatez tampoco tiene que la obligación de mostrar el DNI para cruzar la frontera.

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