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Juan Manuel Rodríguez

Los futbolistas más caros del mundo

El canario Manuel Pablo se ha convertido en el defensa más caro del mundo. La agresividad del Real Madrid a la hora de lanzar una OPA hostil tras otra a los clubes que se colocan en su camino y la presumible solvencia económica (convendría empezar a hablar de torreones y no de torres) de la “casa blanca” han alertado a todos los equipos de Primera División. Desde el despacho de Riazor, Lendoiro saca las púas como un erizo y repite siempre lo mismo: “sólo escucharé ofertas por Manuel Pablo a partir de los 7.500 millones de pesetas”. Es su forma de comunicarle a Florentino Pérez que no vende pero que si está tan loco como para pagar esa millonada el defensa será suyo para siempre. Ciertamente M.P. no vale tanto, pero tampoco valía 12.500 millones Zidane y el Madrid acabó pagándolos. Es lógico que Lendoiro quiera hacer negocio a costa del nuevo rico porque, además de todo, la mayoría de clubes españoles acabarán con el tiempo como aquel inquilino moroso que vivía en el ático del 13 Rue del Percebe: haciendo con las manos sombras chinescas con forma de doberman para asustar al cobrador del frac.

Creo que en el caso del presidente del Deportivo de La Coruña han pinchado en hueso. El “caso Mendieta” provocó —porque fue así— la dimisión de un hastiado Pedro Cortés, un hombre acogotado por un Consejo de Administración dividido y que acabó por dejarle solo. Lendoiro, como le ocurría al Rey Sol con el Estado, es él solo el Deportivo, no hay personalismos que valgan ni presiones que puedan derribarle; lleva desde los quince años metido, de una u otra forma, en el mundo de la dirección deportiva y no se va a dejar amilanar, defenderá con uñas y dientes el derecho deportivista a tener también su lugar bajo el sol.

La política de fichajes de F.P. está levantando muchos recelos. El más extremo de ellos es el que ha protagonizado el nuevo presidente del Valencia, Jaime Ortí, colocándole a Mendieta una “cláusula anti Real Madrid”. La Lazio ha abonado 8.000 millones por el jugador que, en caso de ser traspasado de nuevo al fútbol español antes de julio del año 2003, tendría que pagar otros 2.000 millones (un total de 10.000 millones, la cláusula de rescisión inicialmente prevista en su contrato). El presidente madridista está muy seguro de sí mismo y esa prepotencia ha forzado a Jorge Valdano a salir diciendo lo siguiente: “no tenemos el mejor equipo del mundo”.

El Real Madrid ha levantado la veda. Para el club de Florentino, de repente, cualquier jugador se convierte en el más caro del mundo, como en el caso del turrón 1880. No quiero ni pensar si ahora el equipo de Vicente del Bosque resulta que, además, no gana todos y cada uno de los partidos en el año de su centenario.

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