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Ha nacido una nueva saga de directivos. El nuevo presidente del Barcelona reveló en "Fuentes y cía" el auténtico secreto de su victoria ante Bassat. Joan Laporta tiene un par de críos que son la monda. El mayor, poseedor de una estratégica visión de futuro, le dijo un día a su padre, tras el fichaje de David Beckham por el Real Madrid, lo siguiente: "zi no fichamos a Ronaldinho la vamos a cagar". El niño estaba dando en el clavo y su padre, justo al día siguiente de ganar las elecciones, imploró a Florentino Pérez que no hiciera pública aún la contratación del fenomenal jugador inglés. Probablemente resonaban en su cabeza las palabras de junior: "zi, la vamos a cagar". Ahora Laporta anda como un loco tratando de atar como sea al brasileño. No quiero ni pensar lo que dirá junior si, también en esta ocasión, se vuelve a adelantar el Real Madrid.

Pero quien ha nacido realmente para esto es el pequeño de cuatro años. Antes de que se celebraran las elecciones le dijo muy circunspecto a su padre: "Harás trampas para no perder ¿verdad?". Es probable que el niño observara las argucias de algunos rivales de su padre prometiendo fichajes imposibles o recurriendo al voto del presidente del Principado de Andorra. El pequeño de la saga procesó todo aquello y le llamó al pan, pan, y al vino, vino. "¿Harás trampas, verdad?". Quién sabe si no estamos asistiendo al nacimiento de una saga deportiva a lo Kennedy.

Ya quisiera el Atlético de Madrid tener como presidente al mayor de los hijos de Laporta, el del "zi no fichamos a Ronaldinho la vamos a cagar". Su sensatez habría impedido que Gil y Luis casi acabaran a tortazos y (sin "casi") directamente en los Juzgados. Lo último es que Cerezo se agarre ahora a las múltiples manifestaciones del entrenador ("mi ciclo se acabó en este club") para comunicarle por carta su despido procedente. Si el pequeño de los Laporta, el del "haras trampas ¿verdad?", fuera el accionista mayoritario del Racing de Santander, Dimitri Piterman jamás se habría hecho con el control del club. Estoy seguro también que si los Laporta junior dirigieran el Real Madrid, Vicente del Bosque continuaría como entrenador del primer equipo. Pero, para desgracia de socios y aficionados, los directivos mayores de edad no hacen más que "cagarla", como diría tan atinadamente el hijo mayor de Joan Laporta. Sólo cabe esperar que los niños crezcan rápido y que su padre les deje aplicar su sensatez en otros clubes que no sean el Barcelona.

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