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Juan Manuel Rodríguez

Los maleducados de Florentino

La intervención de Raúl del martes me pareció inusitadamente blandita, muy en la línea de las declaraciones habituales de esta nueva hornada de futbolistas políticamente correctos, publicistas de su propia imagen, incapaces de pisarle a nadie en el callo

Florentino Pérez lo explicó muy bien anoche en "El Tirachinas". El ex presidente del Real Madrid no puede, como exige ahora el capitán Raúl, darle a nadie los nombres de los jugadores maleducados puesto que él no habló de tal o cual futbolista, ni se refirió tampoco a que Ronaldo no se supiera de memoria la lista de los Reyes Godos, o a que Raúl Bravo se sacara pelotillas en público. No, nada de eso, no iban por ahí los tiros. Florentino empleó el concepto de la "mala educación" para expresar la frustración que a él, un empresario de indudable éxito, le causó el hecho de comprobar cómo los jugadores relajaron definitivamente su ambición tras comprobar cómo, en las primeras tres temporadas, lo ganaban todo, la Liga, la Champions, la Intercontinental, y todo el mundo les decía que eran los mejores, invencibles, "super hombres", "galácticos" en suma.

Supongo que, aunque en público lo negaran una y mil veces, los jugadores acabaron por sentir íntimamente esa falsa superioridad sobre el resto. Imagino que se vieron ganando los partidos "sin bajarse del autobús", tal y como decía Helenio Herrera. Y es eso precisamente lo que Florentino, un presidente de ambición insaciable, vio que no podría solucionar con estos jugadores puesto que había contraído con ellos demasiadas servidumbres. Fue por ello por lo que presentó su dimisión, dejando el paso a otra persona. El argumento me parece muy sólido. Es natural que, puesto que fue él quien los maleducó, venga alguien que trate de reconducir la situación.

Y en cuanto a Raúl, su intervención del martes me pareció inusitadamente blandita, muy en la línea de las declaraciones habituales de esta nueva hornada de futbolistas políticamente correctos, publicistas de su propia imagen, incapaces de pisarle a nadie en el callo si no hay una prima por medio. Tampoco íbamos a exigirle a Raúl que le dijera a Ronaldo lo que Ricardo Mayorga acaba de soltarle en la cara a Oscar de la Hoya, el "chico de oro", en la presentación del combate que ambos disputarán el 6 de mayo: "le voy a desprender la retina a este payaso". No se trata de eso. Pero, en esta ocasión, Raúl me ha defraudado. Lo que dijo y nada es lo mismo. O, para ser más gráfico todavía, Raúl se mojó tanto como Gravessen, pero el "ogro" sólo lleva aquí tres días. Decepcionante. O le faltan galones o le presumimos un plus de carácter que tampoco tiene. O quizás se sintió directamente aludido por las palabras de Florentino.

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