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Juan Manuel Rodríguez

Marbury, Brown y el punto de vista de Sancho Panza

Si el quijotismo fuera disciplina olímpica no tengo la menor duda de que sumaríamos otra medalla de oro. Siempre hay un Marbury que acaba por armarnos el taco y un Ronfini que no pita unos pasos clarísimos. No son gigantes sino molinos de viento

Pasan los siglos y seguimos viendo gigantes donde solamente hay molinos de viento. Si el "quijotismo" fuera disciplina olímpica no tengo la menor duda de que sumaríamos otra medalla de oro. Y si de fair-play se tratara, yo creo que el equipo de Mario Pesquera sería un ejemplo a seguir. Desgraciadamente, Pierre de Coubertin ya no se encuentra entre nosotros y España -que ganó todos sus encuentros de la primera fase- tendrá que pelearse ahora por un séptimo puesto que no convence absolutamente a nadie. No comprendí muy bien la excitación de nuestros jugadores cuando, tras vencer con muchos apuros a Nueva Zelanda, gritaron al unísono eso de "¡nosotros somos el auténtico dream team!". Los chicos de Larry Brown ya habían recibido demasiados palos en su país como para que viniéramos también los españoles a tocarles las narices. En realidad tampoco entendí muy bien esa agónica victoria ante los neozelandeses, provocando el cruce con los americanos, cuando una derrota práctica podría habernos allanado el camino en los cuartos de final. Pero en fin, debe ser que la nobleza nos obligaba sólo a nosotros.
 
El trabajo de Pesquera ha sido excepcional y pocas cosas se le pueden criticar, salvo, naturalmente, sus declaraciones a la finalización del partido. Tampoco las entiendo. Dice el seleccionador que hemos perdido un partido FIBA con reglas de la NBA, pero que él "ya se esperaba algo así". ¿Entonces? Si se esperaba algo así, y si todo el mundo tenía claro que los árbitros iban a beneficiar a Estados Unidos, ¿por qué no perdimos contra Nueva Zelanda por un punto en vez de ganarles por cuatro? Mario Pesquera continúa diciendo que ahora será muy difícil levantar la cabeza, y yo me pregunto lo siguiente: ¿es que realmente había alguien en su sano juicio que pensara que si la selección olímpica de los Estados Unidos de América se dedicaba a jugar en serio al baloncesto tendríamos la más remota posibilidad de ganar el partido?... Nosotros tenemos a uno en la NBA, sí, de acuerdo, pero ellos tienen a doce... ¡Ellos inventaron la dichosa NBA!
 
Lo cierto y verdad es que caemos con la cabeza muy alta, habiendo jugado muy bien al baloncesto y siendo una de las revelaciones del campeonato. Pero, ¿no podríamos pasar alguna vez aunque para ello tuviéramos que inclinar un poquito la cabeza? Somos los gentlemen del baloncesto mundial, pero Larry Brown pide un tiempo muerto cuando el partido estaba ya sentenciado a su favor. Y al final siempre hay un Marbury en nuestras vidas que acaba por armarnos el taco y un Ronfini que no pita unos pasos clarísimos. Y es que no son gigantes sino molinos de viento.

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