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Juan Manuel Rodríguez

Marcharse al estilo Aikmann

Tres días antes de que Pep Guardiola decidiera irse del Barcelona para no molestar, sucedía algo parecido con otro deportista profesional a miles de kilómetros de la Ciudad Condal. Troy Aikmann, el legendario quaterback de los Dallas Cowboys, dejaba el football tras doce temporadas en activo en la NFL y nueve conmociones cerebrales. Aunque le hubiera gustado continuar jugando como profesional, el dueño de su equipo de toda la vida –Jerry Jones– le convenció para que no siguiera porque corría peligro físico (alguna de esas conmociones le han dejado secuelas). Aikmann, que ahora se dedicará a comentar desde los micrófonos los partidos que se disputen en el Texas Stadium, tuvo sin embargo una retirada emotiva, con todos sus familiares y amigos, y con el adorno de las tres Superbowls que ganó durante su trepidante carrera. Justo lo contrario que le sucedió a Pep Guardiola. Anunció su marcha en la soledad más absoluta porque el presidente Gaspart –que horas antes presentaba el utilitario culé– ya había sacado los billetes para esquiar en Suiza.

La indignación irá creciendo a medida que se vaya destripando la verdadera historia del adiós anticipado de Guardiola. Veo a Serra Ferrer en la televisión y me sorprende que al mismo tiempo que habla no le caiga ni una gota de sudor por la comisura de los labios. Digo esto porque al entrenador del Barcelona le pidieron su opinión sobre la continuidad de Pep y dijo que para él no era imprescindible. Me parece mentira que un técnico profesional pueda decir semejante sandez; si hay alguien realmente imprescindible en ese equipo es Guardiola. Y no lo digo yo (que también). Josep Mussons, encargado durante muchos años del fútbol base del Barcelona, dijo el miércoles en "El Tirachinas" lo siguiente: "Para mí, Guardiola se encuentra entre los cinco futbolistas más relevantes en la historia de este club". Una pregunta: ¿Serra Ferrer se encuentra entre los cinco entrenadores más importantes?

El miércoles, de repente, los 85 directivos del Barcelona desaparecieron. Un castizo diría que “hicieron mutis por el foro”. No quedaba nadie. Ni un alma. Gaspart esquiaba y el resto no existía. Ni siquiera Gabriel Masfurroll, que habla hasta con Radio Taxi y a propósito de cualquier asunto, tenía el cuerpo para bromas. Todos repiten la misma consigna: "Pep volverá". Es lo único que me creo de esta truculenta historia, que Guardiola regresará al Fútbol Club Barcelona. Desde mi modesto punto de vista debería hacerlo dentro de cuatro años y como candidato a la presidencia del club. Yo le votaría aunque no soy socio. Así, Joan Gaspart podría emular a Alberto Tomba con total tranquilidad. De esa forma no tendría que anular ningún viaje en el último momento.

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