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Se pone interesante el "caso Portillo". Me parece fenomenal que Jorge Valdano quiera poner chinitas en el camino del "periodismo", (por trescientos millones al año ya podría construir una reproducción de la playa de Normandía en chinitas) pero éste debe abrirse paso a cualquier precio. Y también me parece muy bien que Florentino Pérez trate de convencernos de que él es el Michael Landon de una bonita casa de la pradera instalada en Chamartín, pero todo el mundo sabe que eso no es así. Si F. P. le hurtó a Figo al Barcelona fue precisamente porque él no es Landon, ni su autopista conduce hacia el cielo, sino porque puso a su servicio toda la maquinaria de argucias empresariales que tan bien conoce desde su más tierna juventud.

Y digo que se pone interesante el "caso Portillo" no porque el chaval o su representante estén tratando de echarle un pulso a Florentino, (ellos saben a ciencia cierta que lo perderían) sino porque el jueves –en "El Tirachinas" de la Cadena COPE– a Herminio Menéndez se le escapó que alguien vinculado con el barcelonismo preguntó por la situación contractual del jugador. Por la tarde quiso echar marcha atrás en Radio Nacional, e incluso este viernes se ha rectificado a sí mismo en Telemadrid Radio, pero su reacción responde exclusivamente al temor que F. P. impone en todos los representantes.

El mismo Valdano, que negó tres veces que fuera a haber sanción para Morientes, es el que ahora da por cerrado un caso abierto y que sangra por la herida. Un caso, por cierto, que podría obligar de nuevo a F. P. a intervenir personalmente. No sería la primera ocasión que eso sucede y creo que tampoco será la última. ¿Por qué me parece interesante?... Porque podría ser esta la primera vez que alguien le tosiera al presidente del Madrid. ¿Quién?... Lluis Bassat, precandidato a la presidencia del Fútbol Club Barcelona. A lo mejor a él sí le gusta intervenir en las elecciones a la presidencia merengue del próximo año 2004.

Si Florentino y Valdano tuvieron el valor suficiente de colocarle a Portillo un contrato con un plus de un millón por cada cuarenta y cinco minutos disputados... ¿A santo de qué su representante no va a poder negociar con quien le plazca? Dice F. P. que aquel jugador que no esté contento en el Madrid "tiene las puertas abiertas", como si Zidane o Ronaldo hubieran venido a España por un bocadillo de calamares. Ellos no se irán porque cobran un pastón, pero a lo mejor a Portillo –a quien hace poco trataron de convencer para que firmara otro contrato ridículo– sí le apetece probar suerte.

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