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Dicen que Raimundo Saporta establecía una cartilla de ahorro para los jugadores nuevos que llegaban al Real Madrid... "¿Cómo que te vas a comprar un coche?... De eso nada, olvídate; de momento te vienes en metro, te vamos guardando el dinero y cuando hayas ahorrado suficiente te compras un piso". Eran otros tiempos. Los clubes tenían aún la sartén por el mango, y para Santillana o Velázquez fichar por el Madrid era El Dorado. Se callaban y firmaban en la línea de puntos porque lo decía don Raimundo, o don Ramón, o ¡Don Santiago!

En cincuenta años, el fútbol ha dado un giro tan espectacular que sería irreconocible, por ejemplo, para ese triunvirato que ideó y puso en funcionamiento la Copa de Europa. Hoy el mango de la sartén, la vitrocerámica y la vajilla completa la controlan las "mega-estrellas". Habla Raúl y el presidente dice "amén". Ofrece una rueda de prensa Rivaldo y el Barcelona se convulsiona.

A propósito del brasileño: ¿Tiene piel de líder?... Para abanderar un club como el Barcelona uno tiene que tener piel de elefante o de tiburón; a una acémila no se le pagan mil millones de pesetas al año. Simplemente, no funciona así; y volvemos a la pregunta de antes: ¿Rivaldo tiene piel de líder?... Yo creo que no.

El otro día decía Lorenzo Serra Ferrer que el fichaje de Figo había sido político. Es cierto. De hecho el portugués ganó las elecciones del Real Madrid. Pero, además, Florentino Pérez le robó al barcelonismo su alma, le dejó sin líder provocando un cortocircuito deportivo.

La rueda de prensa que ofreció el otro día Rivaldo, amenazando con marcharse, nervioso, sudoroso, incómodo en una silla que le quedaba demasiado pequeña, demostró que el brasileño no podrá ser nunca el líder del Barça. Kubala era un líder. Cruyff era un líder. Stoichkov era un líder. Rivaldo (un magnífico jugador) es "sólo" el futbolista mejor pagado del mundo al que le da miedo la oscuridad.

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