Andaba todo el mundo muy alborotado con la provisionalidad de López Caro en el banquillo del Real Madrid. Y la situación del sucesor de Luxemburgo no pintaba nada bien, no señor. El caso es que el equipo no pudo vencer a un Osasuna que se quedó con diez futbolistas en el minuto quince de partido, y que el "lobby brasileño" encabezado por Ronaldo volvió a cargar contra el público del estadio Santiago Bernabéu. El Real Madrid recibe al Racing de Santander este miércoles y para el jueves está prevista una junta directiva. Insisto en que la situación era negra, muy negra, pero hete aquí que, de forma y manera sorprendente, Florentino Pérez (la "comisión deportiva") decidía que López Caro dejara de ser provisional para convertirse en permanente. Pase lo que pase seguirá hasta final de temporada.
En la comida navideña de los jugadores de la primera plantilla, los "capitanes españoles", puesto que Roberto Carlos rehusó sentarse en la mesa con sus compañeros, le han pedido al presidente del Real Madrid que confiara en López Caro y que le dejase trabajar con tranquilidad. Empezaban a barajarse algunos nombres, por ejemplo el de Deschamps. El francés conoce bien a Zinedine Zidane. Habla español. Estaba libre. Y, lo más importante de todo, estaba dispuesto a fichar sólo hasta el final de la temporada. Pero al final no será Didier.
Ahora lo que tendrá que valorar el Real Madrid es lo acontecido en la famosa comida navideña. Roberto Carlos no quiso sentarse en la mesa número tres que ocupaban, entre otros, Raúl o Felipe Reyes. Roberto prefirió irse a la mesa número dos que ocupaba el resto del "lobby brasileño". Puede que Florentino Pérez entienda que está cortando la rebelión a bordo después de haber echado a Luxemburgo y mantener a quien le sustituyó. Yo creo que se equivoca. Aquellos "cucaracheos" traen estos lodos. La brasiñelización no me gusta un pelo. O Florentino da un golpe de mano o acabarán todos bailando la samba.
