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Escucho a Beatriz Pérez Aranda decir en Televisión Española que "el Real Madrid se presenta con dos caras nuevas: Portillo y Miñambres", y me recuerda mucho a aquel otro que decía aquello de que "los cuatro evangelistas eran tres: San Pedro y San Pablo". En este caso las dos caras nuevas del Madrid es una: ninguna. Portillo y Miñambres llevan en la "casa blanca" toda la vida, y la única incorporación, el argentino Esteban Cambiasso, fichó por el Real hace seis años cuando tenía sólo quince, lo que ocurre es que ha estado dando más vueltas por el mundo que el mismísimo Willy Fogg. Florentino Pérez es víctima de la crisis económica que asola también al fútbol, y sobre todo de su vieja promesa electoral de que el club incorporaría todos los años al menos un jugador de campanillas.

No será Vicente del Bosque, salmantino recio y serio, hombre trabajador y "de empresa", quien levante en público la liebre de las carencias de su equipo, pero todo el mundo sabe que al Madrid hubo momentos de la pasada temporada en que se le transparentó la defensa. Por otro lado, el "007 de los filiales", Javier Portillo, es un jugador en barbecho, un futbolista de futuro. ¿Podrá asumir el papel protagonista cuando deba sustituir a Morientes? Conviene recordar que todo un Real Madrid hubo de desenvolverse con Guti como delantero centro, posición que el madrileño ocupó con dignidad pero que cualquiera sabe que no es la suya.

Oteo una nueva táctica de esa pareja que, como en el caso de aquel que reducía los evangelistas a tan sólo dos, tengo la impresión de que la compone sólo Florentino Pérez (el otro, en teoría, debiera ser Jorge Valdano). F.P. quiere convencer a los aficionados de que los "cracks" ya están todos aquí... ¿Schevchenko? ¿Para qué?... ¿Ronaldo? Ahora tiene que confirmar la recuperación demostrada en el Mundial... ¿Un central? Conviene andarse con tino porque en ese mismo puesto han fracasado en el Madrid los mejores del mundo.

El Real Madrid ha sido la ONG "futbolistas con hamaca" para Iván Campo, Celades, Flavio, Savio o incluso el propio Munitis. Ahora habrá que buscarles –como antes sucedió con Elvir Baljic– otra hamaca fuera de la ciudad deportiva, lo que ocurre es que en el equipo merengue cobran un pastón que a lo mejor no les dan en otro sitio. Estoy de acuerdo en que antes de entrar, habrá que dejar salir, pero... ¿el 16 de julio? Estoy deseoso de ver cómo acaba todo esto porque hasta la fecha la única decisión "explosiva" de Valdano desde que acabara la temporada la tomó curiosamente Florentino: echar con cajas destempladas a Scariolo por comunicarle a Herreros en el gimnasio que no seguiría en el club. No estaba "a la altura del Real Madrid". Ni siquiera del Real Madrid de baloncesto.

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