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Juan Manuel Rodríguez

Papanatismo y "periosevillismo"

Escucho en "El Tirachinas" al "periosevillista" Jesús Alvarado, firmante del panfleto (el Sevilla Fútbol Club le pidió su inclusión en la página web con ánimo evidentemente propagandístico) "Basta, esto no puede ser", diciendo que él tiene conocimiento de "un árbitro que tenía una piscina con el escudo del Real Madrid "y que "iba por ahí con un llavero del Fútbol Club Barcelona para disimular", y no doy crédito. ¿Qué arbitro era ese? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué?... El "periosevillista" no sólo no responde a ninguna de esas preguntas sino que, envalentonado porque el programa lo hacemos en directo desde San Sebastián (ciudad de profundas raíces madridistas), da un paso más al frente y acusa a los periodistas de Madrid –de nuevo sin dar nombres y apellidos– de ser periodistas al dictado de Florentino Pérez. Y después de la denuncia llega la confesión: "yo primero soy del Sevilla y luego del Barcelona"... ¿Y luego? ¿Cual será el tercer equipo del atribulado "periosevillista", ese que lucha a brazo partido, cual Quijote, contra la "apisonadora mediática"? Alvarado se despide de la siguiente guisa: "Me dio mucha pena que la Real Sociedad no ganara la Liga el año pasado"... Ovación.
 
Eso sucede por la noche. Por la tarde Pablo Alfaro ha dicho que "algunos están al dictado, pero otros no pasamos por el aro. He leído y oído cosas que dan asco. El Madrid hizo su partido y no me meto. Sólo es por la porquería, por el papanatismo que arrastra y no por el equipo". Alfaro confunde otra vez el culo con las témporas como ya le ocurriera en el partido contra el Atlético de Madrid. En aquella ocasión le tocó marcar al jovencísimo Toché, un chavalito sin suficiente experiencia en Primera División, y, dirigiendo sigilosamente su dedo hacia el ano del canterano, lo introdujo recto en el trasero del chaval, distrayendo, como decía con anterioridad, el largo camino que va desde un culo ajeno hasta llegar a las témporas. ¿Qué dijo el "periosevillista" de aquello? Yo –que soy de Madrid y ejerzo aquí el periodismo deportivo– acepto con deportividad que Alfaro diga que estoy al dictado de Florentino Pérez. Y él tiene que aceptar, en justa correspondencia, que yo me haga las siguientes preguntas: ¿Al dictado de quién metió él su dedo en el culo de Toché? ¿Lo ordenó Del Nido? ¿Se lo mandó Caparrós? ¿Quién le dijo a Pablo Alfaro que hurgara y hurgara y hurgara sin la necesaria prescripción facultativa?
 
Punto final. O, para ser más exactos, puntos suspensivos... Hasta que llegue el próximo partido y Pablo Alfaro vuelva a engañar al árbitro, fingir un espasmo, provocar un insulto o introducir su dedo en el culo de cualquier otro futbolista de la Liga española. Dice Alfaro que "pobrecillo el que juegue la final porque ya sabe lo que le espera". Eso mismo dijeron (Irureta entre otros) de la última final contra el Deportivo de La Coruña. Era la final del centenario del Real Madrid. Se jugaba en el estadio Santiago Bernabéu. Habría decretazo. Era una final amañada. Habría tongo... Pero resulta que el Real Madrid perdió aquel partido. ¿Por qué?... Sencillamente porque el Deportivo jugó mucho mejor al fútbol. Fútbol, Alfaro, fútbol... ¿te suena?

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