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Un turista acaba de aterrizar en Buenos Aires y se monta en un taxi camino de su hotel. Como el fútbol y la climatología son temas recurrentes entre dos desconocidos, el recién llegado le pregunta al conductor: "¿Y para usted quién ha sido el mejor jugador del mundo?"... "Lothar Mathaus", responde. "¿Por qué?", vuelve a inquerirle el pasajero. "¿Vos sabés?... La pegaba bien con la izquierda, la daba de maravilla con la derecha; estaba siempre bien colocado y remataba fenomenal con la cabeza... Y además, el alemán tenía un par de cataplines"... El turista, sorprendido, comenta: "¿Y Diego Maradona?" "Ché, pibe, vos me preguntaste por un jugador de fútbol y Dieguito es un dios".

Será esta la quinta o la sexta ocasión (no lo sé, sinceramente) en que dedique mi comentario a Diego Armando Maradona. Hoy me debatía entre hablar sobre el regreso de Michael Jordan a las canchas de baloncesto o una retirada, la del número "10" de todas las camisetas de la selección argentina. Opté por volver a hablar sobre el "pelusa" porque, aunque en ocasiones se llena la boca con auténticas chorradas, tendremos que convenir -y así lo convenimos, salvo que alguien levante el dedo en este preciso instante, en cuyo caso le será seccionado- que Diego ha sido el mejor futbolista de toda la historia. En cierto sentido sigue siendo aquel chavalillo de "Villa Fiorito", con lo que su figura resulta mucho más cercana que, por ejemplo, la de Jordan.

La Asociación de Fútbol Argentino ha adoptado una postura inteligente y, a pesar de sus diferencias, Julio Grondona ha evidenciado un enorme instinto de supervivencia al dar este paso porque, efectivamente, Maradona es un dios en Argentina. Tan real como ese sentimiento lo es también que, de no haber sido por la maldita droga, Diego sería hoy entrenador de Boca Juniors, seleccionador nacional o presidente de la República. Lo que quisiera. La asquerosa cocaína lo impide, pero no que la AFA le tribute un merecido homenaje porque nadie ha hecho tanto como él por el fútbol de su país.

El próximo 10 de noviembre, Argentina y un combinado de estrellas jugarán en la Bombonera para retirarle como es debido, por todo lo alto. Allí estarán Rivaldo, Francescoli, Recoba, Stoichkov o Zamorano. Será una fiesta. Sólo lo siento por Ariel Ortega, que no podrá volver a jugar con el "10" a la espalda. Pero el "burrito" lo comprenderá mejor que nadie; él es muy bueno, aunque como decía aquel taxista "es simplemente un jugador de fútbol".

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