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Camacho llevará a tres porteros al Mundial, y dos ya son fijos: Cañizares, que salvo sorpresa monumental será el titular, y Casillas que, a pesar de que acaba de ser desplazado por César de la titularidad en el Real Madrid, sigue contando con la anuencia del seleccionador nacional (la convocatoria de Iker para el amistoso del miércoles contra Holanda es una diáfana declaración de intenciones por parte de Camacho). Ahora bien, no creo que haya nadie que dude del fenomenal estado de forma por el que atraviesa Molina, pieza clave del éxito del Deportivo. ¿Qué pasa con él? ¿Por qué no Molina? El portero del equipo coruñés se ha convertido en un "grano" para Camacho. Nuestro seleccionador se refugia tras el cómodo "todos los españoles tienen su propio equipo". Pero esta no es una cuestión de gustos personales (a mí, desde ese punto de vista, Molina no me cae excesivamente bien) sino estrictamente profesionales. ¿Es mejor, por ejemplo, Ricardo, portero del Valladolid?

Molina fue uno de los "damnificados" de la última Eurocopa. Camacho estuvo muy errático desde el banquillo, y señaló directamente al portero como culpable de todos los males al prescindir de sus servicios en mitad del campeonato. Molina calló, pero aquella decisión (como la de dejar en España a Fernando Morientes, vagamente razonada con posterioridad) no tuvo ni pies ni cabeza. A Camacho le faltó tacto, y a Molina le sobró disciplina. Dos años después, el problema florece de nuevo porque el portero está sencillamente extraordinario.

Parece que Molina nunca ha pedido explicaciones al seleccionador por aquella extraña decisión. ¿Es eso lo que le molestó? En el caso que nos ocupa, Camacho ha vuelto a estar muy mal, inoportuno y seco. Sabedor como es de que Molina será siempre –salvo catástrofe– un activo del fútbol español, con su falta de diálogo ha acabado por convertirlo en un pasivo, una carga, un "muerto" que hay que quitarse de encima. Lo "malo" es que Molina para cada vez más, está cada día mejor y es ahora mismo el jugador clave del equipo de moda en Europa. Lo reconocen sus compañeros Diego Tristán y Valerón, convocados ambos para el partido amistoso contra Holanda.

Camacho llevará al próximo Mundial a Cañizares, Casillas y un tercero que, seguro, no será Molina. Y en esa decisión no podrá verse otra cuestión que no sea estrictamente un problema personal, un problema que Camacho debiera haber solucionado hace mucho tiempo. Con Casillas (muy buen portero) vuelve a romperse el molde ya que ni siquiera es titular en su equipo. ¿Y César? Camacho no está siendo justo. Es un problema suyo que, al final, lo será también nuestro.

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