Menú

Otro partido del siglo (si es XX ó XXI, lo dejo para los discutidores natos). Otro Barça-Madrid, pero con el morbo añadido de ver a Luis Filipe Madeira Caeiro -conocido como Figo para facilitar la labor a los narradores radiofónicos- vistiendo la camiseta del Real Madrid. El portugués ha pasado a ser el ángel caído de los azulgrana. Como hemos comentado en anteriores ocasiones se le espera con impaciencia y, sobre todo, con muy mala leche.

Curiosamente, Figo ha servido de pararrayos directivo. Ya sea porque Florentino Pérez es un gestor, o porque Joan Gaspart (que es un forofo) tiene que bordar el papel de presidente para que no se le note, se han oído muy pocos exabruptos.

Este miércoles, F.P. ofreció rueda de prensa para comunicar oficialmente su acuerdo con Caja Madrid. Al presidente se le preguntó sobre la posibilidad de que, auditoría en mano, llevara a los anteriores gestores del club directamente al fiscal anticorrupción. F.P. repitió que no quería escarbar en el pasado, pero resulta que el martes una emisora de radio dejó caer la "bomba". El daño a Lorenzo Sanz ya estaba hecho. De forma que ahora podríamos encontrarnos con que el espectáculo pre-partido lo ofrecen F.P. y L.S. sacando sus tanques económicos a la calle.

Igual presidente y ex-presidente del Madrid le ofrecen a Gaspart el espectáculo servido, masticado, digerido y hasta expulsado, a la espera de que don Joan tire de la cadena. No sé lo que ocurrirá en el futuro, pero a diferencia de Luis de Carlos o Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz no parece que vaya a poner graciosamente la otra mejilla. La única verdad es que se llevan como el perro y el gato, y que el mínimo chispazo puede originar que arda Troya. Ya sería tragicómico que el madridismo quedara fracturado, y que Gaspart se limitara a ver la lucha de barro desde la barrera. Eso sí que uniría al barcelonismo. Más incluso que la marcha de Luis Figo al eterno rival.

En Deportes

    0
    comentarios