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Juan Manuel Rodríguez

¿Qué querrá el tal Raúl?

Empiezo a observar en este Raúl González Blanco una actitud ciertamente sospechosa con esa forma suya que tiene de olisquear los balones, como un jabalí en busca de trufas, mordiéndole los tobillos a sus rivales mientras otros compañeros suyos ejercen el viejo oficio del maniquí, quietos parados como estatuas brasileñas de sal. ¿Qué quiere Raúl? Ya ha ganado Liga, Champions, Intercontinental y Súper de Europa. Es ya el máximo goleador en la historia de la selección nacional y nadie duda que, al ritmo que va, se convertirá en el futbolista que más veces haya vestido la camiseta española. Es también el máximo goleador de la Liga Europea de Campeones. Entonces... ¿a santo de qué tanta insistencia, tanta presión sobre la defensa rival? ¿Qué quiere el futbolista conocido como Raúl?

Hay quien dice que si aún no ha ganado el "Balón de Oro" es porque no resulta demasiado simpático. ¿Para quién? Seguro que para el portero del Borussia resulta el tío más grosero del mundo. Este miércoles les dejó en ridículo tanto a él como a su defensa, olfateando una trufa debajo del césped del estadio Santiago Bernabéu. Rebañó aquel balón inservible y lo convirtió en el gol del empate ante el campeón de Alemania. Y mientras el actual "Balón de Oro" veía el partido con prismáticos desde su suite del hotel Ritz, aquel antipático chaval que no anuncia colchonetas ni seguros para el coche continuaba corriendo como un molinillo, con la cabeza gacha, mordiéndole los tobillos al alemán y descubriendo más trufas para los demás. ¿Qué querrá este Raúl?

Yo le sigo desde hace tiempo y por eso puedo afirmar sin equivocarme que el tal Raúl busca algo. Pensaba que llegaría el momento en que pararía, pero no, sigue frenético, golpeando, galopando, presionando al Mallorca o al Bayern de Munich, ya sea en Pucela o en el "teatro de los sueños". Ahora la moda con este sospechoso habitual es la de repetir que aunque no es el mejor con la izquierda ni con la derecha, y aunque no remata bien de cabeza ni es un superdotado, Raúl "tiene algo", como si conseguir lo que ha logrado este chaval con veintiséis años fuera posible sin ser un "crack" a nivel mundial.

Con esa perra que le ha entrado de perseguir a sus rivales hasta el cuarto de baño lo que pretende es que, dentro de muchos años, hablen de él como hoy lo hacemos de Di Stéfano, Pelé, Maradona o Cruyff. Lo que quiere Raúl es perdurar en el corazón de los aficionados, no en el del director de France Footbal. Lo que anhela este chico es convertirse en el mejor. Así de simple.

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