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Como voy a hablar del escritor Javier Marías, y de su indudable adhesión a la "causa futbolística" —hoy centrada en el modesto Numancia— me permito adueñarme del título, sólo del título, de un artículo suyo firmado allá por 1990: "Quiénes hacen la cultura". ¿Y quiénes son, por cierto?... Marías señala que somos precisamente los periodistas quienes opinamos sobre "qué noticias deben figurar bajo ese epígrafe en sus rotativos y no bajo el de Deportes (...)" Puede que tenga razón, aunque es evidente que arrimo con descaro el ascua a mi sardina —también desviando adrede la atención de dicho artículo ya que en realidad habla del desgaste de la palabra "cultura": soy un poco ventajista, qué le vamos a hacer. Es cierto que los periodistas deportivos estamos un poco hartos de defender nuestro nivel cultural —poco o mucho— como si el fútbol fuera una ralea independiente, una suerte de clan cavernario o de cabíla de Tercera División. Conozco muchos compañeros que el domingo ven "Estudio Estadio" (por obligación), y luego siguen en "La 2" con "Negro sobre blanco” (por devoción). Porque la literatura está estrechamente vinculada al deporte, al fútbol.

Y aquí me viene de perillas el ejemplo de Javier Marías, madridista de pro y fiel seguidor del simpático Numancia, ligado de por vida al club soriano a través de una infancia dichosa y feliz (le comprendo, a mí me sucede lo mismo con Guadarrama). El escritor madrileño —Premio Ciudad de Barcelona, Prix l'Oleil et la Lettre 1993, Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 1995, Premio Mondello Città di Palermo 1998...— debe ser un hombre culto, y al tiempo apasionado por el deporte rey. Tanto que, como ya ocurriera el año pasado, ha ofrecido un millón de pesetas a los jugadores del Numancia si logran la permanencia en Primera División. Acostumbrados como estamos a relatar y discutir sobre la vida y milagros de los Figo, Raúl o Rivaldo (3.400 millones al año entre los tres) ese solitario "kilo" podría parecer poco. Craso error.

El club que preside Francisco Rubio tiene un presupuesto de 515 millones de pesetas; con nueve peñas y esa "economía de guerra", el mantenimiento del Numancia en la Liga de las estrellas resulta épico, y los Barbu, Pacheta o Delgado se convierten en auténticos héroes... ¿Y no es eso cultura? Yo creo que sí. El millón literario de Marías viene a confirmarlo. En el Nuevo Estadio de Los Pajaritos (el antiguo se fundó en 1989) se maneja al menos la cultura de la supervivencia, que no es poco.


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