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Juan Manuel Rodríguez

Rearbitrando, que es gerundio

Yo soy partidario de los juicios rápidos. Supongo que, dentro de unos cincuenta años, una acción como la que protagonizaron el otro día en el estadio Olímpico de Munich Roberto Carlos y Demichelis, se solucionará de la siguiente guisa: el undécimo árbitro (puesto que habrá dos asistentes o jueces de línea por banda, otros dos detrás de cada una de las dos porterías y el décimo árbitro —ahora cuarto— encargado de lo mismo de siempre) estará cómodamente sentado en una habitación con un vídeo y permanentemente conectado con el árbitro principal. El sí podrá percatarse de una acción como la que tuvo lugar el martes entre el brasileño y el argentino, e inmediatamente se comunicará con el Terje Hauge de turno para decirle algo así como "roja para Demichelis y expulsión de Roberto Carlos por repeler la entrada". El Bayern y el Real Madrid se quedarán por tanto con diez jugadores sobre el campo y luego, una vez concluido el partido y con el reglamento en la mano, los jueces de la Comisión de Control y Disciplina de la UEFA (si es que sigue llamándose así) sólo deberán valorar cual de las dos acciones es merecedora de mayor castigo, si aquella que pudo haberle roto la pierna a otro futbolista o la posterior reacción del "sufridor" de la falta.
 
Esa será la situación dentro de cincuenta años, pero ahora sucede esto: Demichelis realiza una entrada criminal sobre Roberto Carlos que, harto de que el árbitro las deje pasar, da un "puñetazito" al argentino (también me hace gracia la explicación de Roberto alegando en su defensa que "no hubo sangre"). El tal Hauge (que por lo presenciado el otro día sería mejor para todos que acabara como corresponsal de "Ahumados Domínguez" en Noruega) no ve la reacción del defensa madridista, pero sí observa la patada del argentino. ¿Y qué hace? Castiga una acción de expulsión con una simple tarjeta amarilla que le permite seguir jugando. No contento con eso, y en lugar de irse a pescar salmón, luego ve el partido y dice que habría expulsado a Roberto Carlos de haber visto su reacción. ¿A Roberto sí y a Demichelis no?
 
Y es que el patio no está previsto para que haya justicia sino para que esta sea la "semana grande" de un caballero que se llama Thomas Partl, muy conocido en su casa a la hora de comer, a la sazón vicepresidente de la citada Comisión de Control y Disciplina de la UEFA. Si el austriaco está dispuesto a rearbitrar, que lo haga a fondo: sanción para Roberto Carlos y Demichelis y severo castigo para el noruego que consintió la dureza de los futbolistas del Bayern y que, lejos de meterse debajo de la cama después de su desastrosa actuación, ahora resulta que quiere rearbitrarse a sí mismo. Esto es mucho más sencillo, ¿por qué no empezamos otra vez el partido?

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