Cuando empecé en esto del periodismo muchos amigos me aconsejaron que camuflara mi primer apellido, Rodríguez, y le diera "chance" (como dicen los modernos) al segundo, que es Cortés, como el del conquistador Hernán. Hace poco todavía me decían que "eso de Rodríguez no suena". A mí lo que no me suena a nada es Cruise o Berenger, Dalton, Bird o Woods. ¡Que nadie me toque el Rodríguez!... Afortunadamente para reivindicarnos ha salido Alex, un neoyorkino de 25 años que tiene acero en su brazo y que lanza la pelota más lejos que nadie; a eso se dedicó en cuerpo, alma y guante a lo largo de los últimos siete años que pasó en los Mariners de Seattle. El dueño de los Rangers de Tejas ha pagado ahora por él la bonita cantidad de 50.000 millones de pesetas; y es que Tom Hicks, al que uno podría identificar fácilmente con el Rock Hudson de "Gigante", reventando pozos de petróleo y comprando restaurantes para cenar con cierta privacidad, está en este momento empeñado en ganar la Serie Mundial de béisbol. Los milmillonarios son así.
No hará falta que les diga que mi tocayo se ha convertido en el fichaje más caro de la historia del deporte, ¿o sí? Lo cierto es que la patronal del béisbol está sobrecogida y teme lo peor: una escalada en las exigencias del resto de jugadores profesionales. Aunque la maza que tiene Rodríguez en su brazo le garantizará en los próximos diez años una nómina superior a la de la mayoría de equipos de la Liga americana, el nuevo jugador de los Rangers aún debe inclinarse ante las ganancias de otros ilustres deportistas; por ejemplo, Shaquille O'Neal, el pívot de Los Angeles Lakers que el pasado verano prolongó su contrato a cambio de 88 millones de dólares en tres temporadas. No creo, sin embargo, que eso le suponga a Alex ningún ataque de ansiedad.
Quien está con la "mosca detrás de la oreja" es Sandy Alderson. Este caballero sería el vicepresidente de la federación de béisbol si en Estados Unidos existieran las federaciones; Sandy ha advertido que el cheque de Hicks va a traerles más de un problema ahogando a los equipos con menos recursos económicos. Pero al "millonetis" le da lo mismo: quiere situar a Tejas en el mapa del deporte americano y lo va a conseguir. A mí sólo me quedan dos cosas por decir: ¡Vivan los Rodríguez! y que Alex lo disfrute con mucha salud. Esta ronda la paga mi amigo Tom.
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