Menú

Alguien quiso saltarse al moro por el simple hecho, pienso yo, de no apellidarse Morientao, o llevar el van holandés por delante. Desde tiempos inmemoriales, el portador del "9" en el Real Madrid, como también los anteriores (del "1" al "8") y posteriores ("10" y "11"), y hasta los suplentes, han recibido críticas de todos los colores y formas. Pero en el caso de Fernando Morientes siempre tuve la impresión de que las puñaladas dialécticas le llegaban por su procedencia, y no por su fútbol. El moro era poca cosa para un equipo interestelar, con un francés al frente haciendo de "mister Spok". Cualquiera para pilotar el Enterprise —incluso el paquete australiano Viduka— antes que ese muchachito de Cáceres. El triunfo (parcial y momentáneo, eso sí, a la espera de que vuelva a fallar en cualquier otra ocasión) de Morientes ha supuesto el éxito de la sensatez, cualidad que no abunda en este "circo". El mismo reconocía modestamente el domingo, tras la histórica "manita", que "antes no era tan malo, y ahora tampoco soy un crack".

Desde que "cañoncito pum" le marcara otros cinco al Español de Barcelona allá por 1961 —no habíamos nacido ni Morientes ni un servidor—, ningún otro jugador madridista había logrado semejante hazaña. Aún así, alguien me decía viendo el partido: "este chico es tonto... Pudiendo haber metido seis..." Y sin embargo Morientes es pichichi destacado de la que, según aseguran por ahí voces acreditadas, es la mejor Liga del mundo. Y lo es por delante de consumados especialistas como Diego Tristán, Catanha, Kluivert, Rivaldo, Urzaiz o Illie. Siempre habrá, naturalmente, quien diga que en vez de quince podía llevar veinte. Como también hubo quien escribió que Zidane "ralentizaba el juego del Real Madrid".

Con eso de que han visto pasar por el estadio Santiago Bernabéu a los mejores jugadores del mundo, los seguidores merengues se han vuelto insoportables. Van al fútbol como quien va a que le saquen una muela, o al asesor fiscal. Y además se han vuelto muy "finolis", lo que —desde mi punto de vista— constituye una de las grandes contradicciones de la humanidad: los socios son clasistas, y el director deportivo (300 millones libres de impuestos al año) es progresista de la "tercera vía", como le pasa a Tony Blair.

Alguien quiso saltarse al moro, y se equivocó pretendiéndolo. No es Hugo Sánchez, pero puede llevar perfectamente el "9" del Real Madrid a la espalda. Y también el de la selección nacional. Recuerdo que de Santillana solían decir ¡que no sabía jugar con los pies!... Y todo porque era el mejor rematador de cabeza del mundo. ¿Que Fernando podía llevar veinte? Claro. Y si tuviera un manillar y dos ruedas sería una bicicleta.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

 &nbsp
!-->

En Deportes

    0
    comentarios