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Juan Manuel Rodríguez

Siguen ardiendo en el "infierno"

El fútbol genera monstruitos como los que, amparados en la masa y despedazados neuronalmente tras ver “Torrente II”, trataron de agredir a Kiko o amenazaron de muerte (“no te queremos volver a ver en el Show Girls”) a Dani cuando ambos futbolistas salían del estadio Vicente Calderón. Hace algunos días —cuando se suponía que las cosas iban bien— ya comenté que no veía en Pablo Futre otro mérito que no fuera el de sujetar a Jesús Gil. Y comentaba también que Gil no quería a Marcos Alonso, y que Futre lo utilizaba puesto que echarle ahora no reportaría ningún beneficio al juego del equipo. Me pareció impresentable que Futre, justo el día de su ampliación de contrato, dijera que Marcos era su entrenador hasta el 30 de junio. ¿Y después qué? En ese momento se desperdició una ocasión clara para apostar por un proyecto, un estilo definido del que carece absolutamente el Atlético de Madrid del señor Futre.

El único mérito que lograba vislumbrar en la gestión del ¿máximo responsable deportivo del club? era la racha de resultados. Desde este sábado, ni siquiera eso. Gil volvió a pedirle a Futre la cabeza de Marcos Alonso (lo reconocía a calzón quitado en el “Tiempo de Juego” de la Cadena Cope), y Futre volvió a negarse a ello porque —sinceramente— ya lo mismo da que da lo mismo. Salvo milagro o conjunción estelar, el Atlético de Madrid deberá armarse para seguir otro año más en el infierno de la Segunda División; con el agravante añadido —salvo que Gil lo corrija en la Liga de Fútbol Profesional— que el año que viene únicamente asciende un equipo a Primera División.

¿Por qué digo que no existe un proyecto definido? Simple y llanamente porque el estilo de un club no se fabrica a golpe de tambor. Gil recurrió a Futre, y Pablo tiró de Manolo y Abel, porque se suponía que ellos conocían el club y podían ejercer de nexo de unión con unos jugadores derrotados. Pero la temporada estaba ya herida de muerte desde el cese de Zambrano. Gil estaba desesperado y tiró de sus amistades, pero ¿qué ha hecho Futre en estos meses salvo decirnos a todos cuándo las cosas iban bien o cuándo iban mal? La definitiva fue ver al director deportivo apareciendo en la prensa afirmando que “en tres años el Atlético estará luchando por la Copa de Europa”. Y olé.

Si hay algún club en el mundo que puede levantar esta situación es el Atlético de Madrid, pero si asciende seguirá haciéndolo sin un proyecto serio y solvente. Salvo el “chicos bien, moral óptima” tras un triunfo, o el “hoy hemos jugado fatal”, la verdad es que no logro adivinar qué ha aportado Pablo Futre al Atlético de Madrid. Marcos no seguirá la próxima temporada (lo mismo es un alivio para él) pero el problema es quién seguirá y para hacer qué. Sigo atento. Igual es que no me entero.

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