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Juan Manuel Rodríguez

Sólo "Bibendum" está libre de pecado

El patético montaje de Indianápolis hace añicos cualquier posibilidad de "exportar" allí el "circo" de Ecclestone. Es consciente de que el mercado número uno del deporte es el americano y ahora le costará Dios y ayuda volver a convencerles

Confieso que mi relación con los neumáticos (anteriormente denominados "ruedas" por el pueblo llano) se remonta a aquel infausto día en que, yendo yo a sacar mi Seat Ibiza del garaje, reventé sin darme cuenta la derecha delantera contra el bordillo de la rampa. Aquello hizo ¡booom!, un ¡booom! seco, un ¡booom! que amenazaba directamente con el taller. Mis neumáticos (antes ruedas) eran, curiosamente, de la marca Michelin, pero mi derecha delantera no vinieron a arreglarla desde París, no, qué va, sino que tuve que llevarla yo (¿se puede hacer publicidad?) a los talleres "Midas" que había cerca de mi casa. Y ahí acabó mi affaire Michelin. No ví por allí al gigoló italiano Flavio Briatore. Ni a Bernie Ecclestone, el "hermano secreto" de Andy Warholl, el del "pop art". Sólo estábamos yo, mi delantera derecha hecha trizas y el mecánico del taller que no hacía más que preguntarme "¿se acogerá usted a la oferta de tres por dos?"...
 
Dice Martín Higueras, compañero de "escudería", que en los Estados Unidos no quieren ver a la Fórmula Uno ni en acuarela, que ellos se quedan con su Nascar de toda la vida. Y no me extraña. El patético montaje de Indianápolis hace añicos cualquier posibilidad de "exportar" allí el "circo" de Ecclestone. Su enfado era razonable, consciente de que el mercado número uno del deporte es, sin dudarlo, el americano, y que ahora le costará Dios y ayuda volver a convencer a los estadounidenses. Lo de Fernando Alonso dándole socarronamente las gracias a Ferrari por preocuparse de la seguridad de los pilotos es difícilmente explicable. ¿No es Briatore quien debe preocuparse por la seguridad física de sus pilotos?... ¿Acaso le están pidiendo a Jean Todt, director de la competencia, que proteja a los pilotos de McLaren?... ¡No entiendo nada!... ¡Es como si a Florentino Pérez le pidieran que cuidara de los jugadores del Barcelona!
 
Tengo la ligera impresión de que los "patrones" de las escuderías más importantes están tratando de hacerle la cama a Bernie Ecclestone, cuando resulta que fue él quien les hizo millonarios a ellos. Me parece que el único que no tiene nada que ver con toda esta polémica es el incombustible Bibendum, el famosísimo muñeco que sirve como "cara amable" del imperio Michelin desde hace un siglo. Ciento seis "castañas" ha cumplido ya nuestro simpático neumático y ahí está, como un solete, sonriente, ajeno al ruido de los motores. Él sí puede tirar la primera piedra; sus dueños, desde luego, no.

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